La pesca de ejemplares jóvenes de atún rojo en 1960 es la causa del descenso de su población

  • Hasta la realización del estudio del Instituto Español de Oceanografía se creía que el descenso se debía a factores ambientales.
  • Entre 1949-1962 se capturaron siete millones de atunes rojos juveniles que dejaron a las futuras generaciones de reproductores muy mermadas.
  • Cuando ocurrió no existía ninguna organización dedicada al control de los recursos pesqueros de los túnidos en el Atlántico y Mediterráneo.
Almadraba de Santi-Petri 1949
Almadraba de Santi-Petri 1949
IEO
Almadraba de Santi-Petri 1949

El pasado mes de septiembre, investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) publicaron un estudio que demuestra cómo la alta mortalidad por pesca ejercida sobre la población juvenil fue el factor determinante del declive de las pesquerías de atún rojo reproductor que tuvo lugar a partir de 1963.

El trabajo, publicado en la revista Reviews in Fisheries Science & Aquaculture, contiene una extensa revisión de datos de capturas de las pesquerías atlánticas de adultos y juveniles de atún rojo entre 1914 y 2010, así como más de 200 referencias bibliográficas sobre publicaciones científicas relacionadas con la biología y la pesca de la especie.

Entre los años 1949-1962 se capturaron aproximadamente siete millones de atunes rojos juveniles.

“Una captura de tal magnitud pudo ser la principal causa del limitado reclutamiento desde edades juveniles a adultas, que dejaron a las futuras generaciones de reproductores muy mermadas”, explica José Luis Cort, investigador del Centro Oceanográfico de Santander del IEO y coautor del trabajo junto con Pablo Abaunza.

Hasta poco antes de la mitad del siglo XX, las capturas más importantes de atún rojo en la parte oriental del océano Atlántico se llevaban a cabo fundamentalmente con almadrabas (se aislaba a los ejemplares y se les mataba a golpes) que capturaban ejemplares adultos de entre 40 y 500 kilogramos.

Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo comenzaron a emplearse otros sistemas de pesca como la red de cerco, el palangre (un cordel largo del que cuelgan cuerdas finas con anzuelos) y la caña con cebo vivo.

La introducción del cebo vivo en el golfo de Vizcaya y el cerco en las costas atlánticas de Marruecos hizo que se comenzaran a capturar ejemplares inmaduros, cosa que no había ocurrido hasta aquella fecha.

Poco más de diez años después de estos hechos, las pesquerías del norte de Europa colapsaron y las almadrabas sufrieron un descenso tan brusco que provocó la desaparición de la mayoría de ellas.

Las que permanecen activas desde entonces no han vuelto a alcanzar los niveles de producción que habían registrado durante la primera mitad del siglo pasado.

Ni factores ambientales, ni escasez de presas

Han sido numerosas las teorías que han tratado de explicar qué sucedió con la población de atún rojo reproductor a partir de los años 60 en el Atlántico oriental, y qué fue lo que hizo desaparecer a esta especie de las pesquerías del norte de Europa.

En general, se ha achacado a factores ambientales, a la escasez de presas (arenque y caballa) o a la modificación del comportamiento migratorio del atún rojo.

Sin embargo, hasta el presente nadie había demostrado la relación que tenían estos acontecimientos con la expansión de las capturas de ejemplares juveniles en la región atlántica oriental.

Cuando ocurrieron estos hechos, no existía ninguna organización internacional dedicada al control y ordenación de los recursos pesqueros de los túnidos en el Atlántico y Mediterráneo, ya que la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) se fundó en 1966.

Es precisamente la gestión de esta organización lo que ha permitido que se recupere la especie, al adoptarse en 2006, el Plan de Recuperación Plurianual, que a día de hoy continúa vigente, ocasionando que las capturas de juveniles de atún rojo se hayan eliminado casi por completo lo cual, junto con otras medidas como la reducción del Total Admisible de Capturas (TAC), hace que los stocks reproductores se estén recuperando.

“Si se mantiene este escenario, sería imposible que se repitiese algo como lo ocurrido en los 1960s”, explica Cort. “Es más, todos los indicadores que maneja el grupo de evaluación del atún rojo del Comité Científico de la ICCAT apuntan a un incremento espectacular de la población reproductora en los últimos años”.

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