El futuro de la moda es juguetón, tecnológico y concienciado

  • Una exposición en Estocolmo (Suecia) relaciona la moda con la creación de un futuro sostenible y con la necesidad de que se adapte y relacione con la anatomía.
  • Las piezas corresponden a firmas como Versace, iconos del 'prêt-a-porter' como H&M, diseñadores de vanguardia y jóvenes promesas.
  • En lo tecnológico destacan propuestas como una camisa con paneles solares, ropa que cambia según el clima o zapatillas personalizadas hechas con moldes.
Jersey de espuma viscoelástica de Nadine Goepfert, diseñadora afincada en Berlín
Jersey de espuma viscoelástica de Nadine Goepfert, diseñadora afincada en Berlín
Nadine Goepfert - Foto: Sanna Helena Berger
Jersey de espuma viscoelástica de Nadine Goepfert, diseñadora afincada en Berlín

¿Y si un traje fuera capaz de limpiar el aire contaminado? ¿Y si un textil estuviera fabricado al 100% con algodón reciclado? ¿Podríamos en un futuro cercano tener un chaqueta que nos indicara el camino e indicara con vibraciones en los hombros qué dirección seguir?

Con una perspectiva juguetona, positiva y también concienciada, el museo Liljevalchs de Estocolmo (Suecia) presenta Utopian Bodies – Fashion Looks Forward (Cuerpos utópicos - La moda mira hacia adelante). Los 200 objetos entre fotos, vídeos, complementos y ropa de alta costura y prêt-à-porter gravitan en torno a dos ideas: la creación de un futuro sostenible y el modo en que la ropa se adapta y relaciona con la anatomía y los sentimientos.

El centro, que promueve la relación entre el arte y las diferentes formas de diseño, exhibe hasta el 7 de febrero creaciones de ídolos como Alexander McQueen y Versace, iconos nacionales como H&M, diseñadores de vanguardia y jóvenes promesas. 11 galerías dividen la ruta en temas (la tecnología, la resistencia, la solidaridad, la memoria, la identidad sexual, las formas, los colores...) como sistema para ofrecer instantáneas de "lo que es posible hoy y dónde podemos estar en el futuro".

Las prendas favoritas de Twiggy y Conchita Wurst

Especial presencia tiene la Memory room (Habitación del recuerdo), donde la moda se convierte en vivencias, con ropa capaz de trasladarnos al pasado "como una camiseta de la suerte". Los organizadores han construido un armario sentimental a partir de las prendas más preciadas de la modelo Twiggy, la ganadora de Eurovisión Conchita Wurst, el diseñador Christian Lacroix o Hamish Bowles, director de la revista Vogue.

En el apartado de prendas unidas a la tecnología es palpable la preocupación por la crisis medioambiental y el interés por el reciclaje. byBorre cae en la excentricidad con el BBsuit 0.2, un traje que limpia el aire contaminado con un sistema portátil de filtros. Pauline Van Dongen propone una camisa con paneles solares. Miguel Mesa Posadas hace prendas con neumáticos usados, Smart Textiles presenta la primera tela fabricada por completo con algodón reciclado y Qmilk hace ropa con un material biológico y biodegradable de fibra de leche.

Las prendas inteligentes de Valerie Lamontagne cambian según el clima, la chaqueta de Billie Whitehouse y Ben Moir guía a quien la lleva en la dirección a la que quiere ir. Las zapatillas-fondue de Satsuki Ohata se hacen a medida y en casa metiendo los pies en una solución de la que resulta un molde.

Banalidad y conciencia

Frente a las propuestas futuristas en función o sólo en estética, como es el caso de los tocados de Maiko Takeda —vistos en el arte gráfico del último álbum de Björk— contrastan las técnicas tradicionales de los sastres de Saville Row Gieves&Hawkes o los zapateros artesanos parisinos Massaro.

En el repaso temático, Utopian Bodies no renuncia a plasmar la banalidad de la moda. De lo puramente lúdico, hay un buen ejemplo en Hana Bedtime Story, un montaje de 2005 de Viktor & Rolf que muestra a la modelo con dos almohadas en la cabeza y cubierta con un vestido-colcha como si estuviera acostada en una cama.

En contraposición a esa conocida faceta superficial, la exposición también aborda reacciones a tragedias y tensiones, como sucede con una colección de Ryohei Kawanishi que aborda el desastre nuclear de Fukushima o con Protest, un abrigo con el que Marketa Martiskova denuncia la censura.

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