A estas alturas, casi 6.000 de los 160.000 refugiados que la UE decidió reubicar —en dos años— el pasado mes de septiembre tendrían que haber sido trasladados a otros países. Pero la cifra no llega ni a 120. El miércoles llegaron a Luxemburgo y bajo un gran despliegue mediático y político los primeros 30 de Grecia, cuatro familias sirias y dos iraquíes. Se suman a los 86 eritreos que ya viajaron desde Italia a Finlandia (48) y Suecia (38).

La Comisión Europea ha anunciado que los próximos países en recibir refugiados, un centenar, serán Francia, España y puede que, de nuevo, Finlandia. La semana pasada, el Gobierno español puso al fin en marcha el programa piloto para traer a 50, pero es posible que en una primera tanda lleguen algunos menos. Vendrán de Italia y serán probablemente, eritreos, pero no hay fecha concreta ni lugar, según confirman fuentes de CEAR.

España se ha ofrecido a acoger a 50 refugiados de forma inmediata, pero en un primer reparto de 98.256 le correspondieron un total de 9.323. Quedan por asignar aún 61.744 de los 160.000, Según datos ofrecidos por Bruselas, únicamente 15 países han concretado a cuántos migrantes pueden recibir desde ya: son 14 Estados miembros y Liechtenstein y la suma asciende a 1.418 plazas, un 0,8% de esos 160.000.

Suecia y Rumanía han puesto sobre la mesa 300 plazas de urgencia cada uno, aunque el país nórdico va a solicitar Comisión que recoloque a parte de sus refugiados debido a la oleada de peticionarios de asilo que está padeciendo; les siguen, entre otros, Finlandia (200), 131 (Malta) y Portugal (130). En la lista también están Francia (40) y Alemania (10). Estos paupérrimos números contrastan las más de 800.000 entradas "irregulares" en la Unión Europea en lo que va de año, según ha revelado el director de Frontex, Fabrice Leggeri.

El portavoz comunitario Margaritis Schinas ha admitido que estos números "no están en los niveles que nos gustaría, pero lo importante es que el proceso ha comenzado". Bruselas justifica en parte esta lentitud asegurando que las reubicaciones "son procedimientos muy complicados", aunque reconoce que cuando los Estados cumplan "los compromisos" adoptados todo debería ir un poco más rápido.

En origen las cosas no van mejor. En nueve de los once centros de ingreso y registro de migrantes situados en Italia y Grecia no hay personal de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo y en dos de ellos tampoco hay gente de Frontex. La primera pidió 374 a los Estados miembros, pero solo se le han ofrecido 157 —diez son de España—; la segunda pidió 743 funcionarios de fronteras, pero solo puede contar con 353 —41 de España—.

Al margen de la inacción, países como Hungría —entre otros de Europa Central y del Este— siguen oponiéndose frontalmente al sistema de cuotas. El Parlamento húngaro ha aprobado una resolución que asegura que la Comisión no tiene competencias para hacerlo obligatorio.

"Tenemos que acelerar nuestras acciones", ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Ha convocado para el próximo 12 de noviembre una reunión informal de los líderes de la UE con el fin de analizar "la implementación de las medidas tomadas hasta el momento", la reubicación y el funcionamiento de los hotspots. En octubre, un total de 218.000 migrantes cruzaron el Mediterráneo, ha explicado, una cifra "récord".

Antes de esa cita habrá otra: una cumbre sobre migración convocada en la capital maltesa el 11 y 12 de noviembre, a la que acudirán los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, de países africanos y de otros estados afectados por el flujo masivo de refugiados.

La Comisión Europea ha proporcionado en lo que va de año ayuda humanitaria por valor de más de 8,74 millones de euros en los Balcanes occidentales. Esta semana ha desbloqueado dos millones de euros para apoyar la labor de ACNUR. Esta nueva entrega forma parte de la asistencia de 17 millones de euros anunciada el pasado 3 de octubre para ayudar a Serbia y la ex República Yugoslava de Macedonia.