Los alicantinos ya pueden comerse un helado de turrón auténtico sin lamentarse de los efectos kilocalóricos. Para encontrarlo no hay que buscar el sello light o sin azúcar, sino comprar el que tiene etiqueta de Helado artesano de turrón de Jijona.

La Asociación Nacional de Elaboradores y Comerciantes de Helados y Horchatas (Anchea) y el Consejo Regulador del Turrón de Alicante han llegado a un acuerdo para comercializar este gélido manjar, con menos grasa que cualquier otro (7%, frente al 25%) de los ahora.

El truco: sólo usa el aceite que genera la propia almendra y utiliza leche desnatada. Pero ésta no es la única novedad que ofrecen para aliviar el calor.

Encontraremos más helados con derivados lácteos y sabores que recuerdan más a los de una pastelería: chocolate de galleta oreo o panetone. También habrá granizados a la carta con frutas naturales, no sólo limón y naranja o café. Aunque, sin duda, lo que más triunfa son los helados de toda la vida. El 80% de los alicantinos compra turrón (el rey de las ventas), el mantecado y, cómo no, el chocolate.

Los heladeros artesanos, que prevén vender 185 millones de euros en helados durante este verano, quieren demostrar que son capaces de hacer sabores de todas las variedades, aunque principalmente los destinen a la autopromoción y a la degustación, tal y como reconocieron ayer. Una de las novedades de algunos creadores para este verano son los helados de pipas o de queso con kikos, tal y como adelantó Félix Llinares. «Nuestro objetivo es mostrar la amplitud de combinaciones», dijo.

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