El despecho pudo ser el móvil del homicidio del asilo de Galapagar

  • José Antonio Reduelo, el presunto autor del crimen, se mostraba celoso con su víctima.
  • "Parecía estar bastante colada por ella", dice un amigo de ambos.

Nada podía hacer sospechar que una relación inofensiva y aparentemente amistosa como la que tenían José Antonio Reduelo, un ex abogado viudo de 74 años, y Alejandra, de 68 años, podía acabar en tragedia.

"No tenían ningún tipo de lazo sentimental, sólo un par de paseos juntos", comenta Pepa de la Puebla, responsable de la residencia para mayores Nuestra Señora Fátima, situada en pleno centro de Galapagar, en la que la pasada madrugada del sábado José Antonio asestó varias puñaladas a Alejandra , provocando su muerte.

No tenían ningún tipo de lazo sentimental, sólo un par de paseos juntos.

Reduelo y la fallecida vivían en dos habitaciones del segundo piso, una enfrente de la otra, desde hacía poco más de un año y, según explicó a 20 minutos Juan Manuel Sánchez, compañero de ambos, era frecuente que él la ayudara a subir las escaleras al terminar de cenar, debido a los problemas de la anciana para desplazarse.

Sánchez también señala que a veces llegó a notar al presunto homicida algo celoso, "pero nunca hasta el punto de acosarla, es una persona muy culta y pacífica", afirma. Fuentes de la investigación creen que la misma tarde del asesinato, Alejandra (que, según algunos residentes, permanecía soltera, recibiendo visitas sólo de sus hermanas) se había negado a salir una vez más con él, provocando la ira del viudo.

Se hizo ilusiones

En el geriátrico, el ambiente de ayer era tenso, casi nadie quería hablar sobre lo sucedido. Los dos eran personas que se valían por sí mismas y salían y entraban libremente del centro, sobre todo José Antonio, en muy buena forma para su edad, y al que se le solía ver jugando al ajedrez o fumando puros en las cafeterías de la zona, solo o acompañado por otros residentes del asilo, o por sus hijas.

"Ella era un tarro de miel, muy agradable con todo el mundo. Para mí que sólo le veía como un amigo y que él se habría hecho ilusiones de lograr algo más; parecía estar bastante colado por ella", afirma Juan Manuel.

El agresor intentó quitarse la vida

El autor de las puñaladas se autolesionó con la misma arma blanca con la que agredió a su víctima. Todo apunta a un intento de suicidio, aunque las heridas que se infligió fueron leves. Tras permanecer dos días en el hospital Puerta del Hierro de Madrid, donde además se le sometió a un examen psiquiátrico, el agresor recibió ayer el alta médica, siendo trasladado posteriormente al Juzgado número 3 de Collado Villalba, donde está siendo interrogado por la Guardia Civil. Hoy por la mañana pasará a disposición judicial.

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