La líder del PP catalán, Alícia Sánchez-Camacho, ha comparecido en la comisión de investigación del fraude del Parlamento catalán para declarar sobre el almuerzo que mantuvo en el restaurante La Camarga de Barcelona con la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola Victoria Álvarez y que fue grabado por la agencia de detectives Método 3, una grabación que, ha insistido, es "ilegal".

En su intervención inicial, ha remarcado que la grabación se hizo sin su consentimiento —el director de la agencia, Francisco Marco, sostiene que la popular estaba al corriente—, y como prueba ha esgrimido que la agencia de detectives Método 3 respondió a su demanda con un "allanamiento civil total" en el que reconocía que la grabación fue ilícita y ello permitió pactar una indemnización.

Sin embargo, en una entrevista en la Cope horas antes de comparecer en la comisión, Álvarez ha acusado a Sánchez-Camacho y al exsecretario de Organización del PSC, José Zaragoza, de organizar conjuntamente la grabación del almuerzo, algo "más sencillo" de lo que se imagina: "Parece ser, presuntamente, que Alicia Sánchez-Camacho y José Zaragoza pasaban tiempo relajados y ociosos conjuntamente, y entre esos estados ociosos y relajados decidieron hacer eso". Además, "Alicia me conocía, sabía que yo había tenido mi relación larga con Jordi (Pujol Ferrusola) y decidieron hacer esto y encima hicieron una cinta manipulada", ha proseguido.

En este extremo sí coinciden parcialmente ambas mujeres. Sánchez-Camacho ha asegurado que el áudio difundido está manipulada porque ha sido "editada" y con el orden de algunas frases cambiado. "Ustedes han escuchado unos CD que no son los que constan en la judicatura y no constan en el proceso", ha avisado a los diputados la dirigente, que ha vuelto a justificar su incomparecencia ante la Comisión de Asuntos Institucionales cuando la citó para tratar este caso de espionaje.

La presidenta del PP catalán ha explicado que renunció a la investigación por la vía penal de la grabación porque creyó que nunca se sabría quién la difundió. Preguntada por si sabe quién encargó la grabación, ha asegurado desconocerlo, aunque ha precisado que intuye quién podría estar detrás del asunto, pero no lo dirá. "Tengo una percepción muy clara. Es una satisfacción íntima y personal que no trasladaré a nadie", ha sentenciado.

La popular, que ha acusado a los partidos de querer desprestigiarla y de usarla como "cortina de humo" para tapar el caso Pujol, ha recordado que en la trama de presunto espionaje hubo otros "espiados", como la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega; el expresidente catalán José Montilla, y el conseller Felip Puig, pero que ninguno de ellos ha sido citado a declarar por este caso. "¿Ustedes creen que es razonable que se espíe a tanta gente y que la única persona que comparece soy yo?", ha espetado.

Ha advertido a los diputados de que el almuerzo que mantuvo que la expareja de Jordi Pujol Ferrusola "ya no será a partir de hoy la comida de La Camarga, sino otra cosa". "Y ya verán el por qué. Hoy bajaremos a la profundidad... pero me espero a decirlo al grupo final", ha dicho en alusión al turno de CiU Sánchez-Camacho, quien ha explicado que se reunió con Álvarez a petición del jefe de gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas, Jorge Moragas sin que ninguno de los dos supiera de antemano que era la novia de Jordi Pujol Ferrusola.

Preguntada sobre por qué no denunció las presuntas prácticas irregulares de los Pujol tras hablar con Álvarez, ha reconocido que sus abogados se lo desaconsejaron por falta de "pruebas".  "La cosas que se me dijeron —en La Camarga— no eran concretas ni definidas en el tiempo", ha sentenciado. En cuanto a los fiscales de "confianza" de los que habló en el restaurante, ha argumentado que no se refería a instrumentalizar la fiscalía contra los Pujol, si no que fue un comentario cuando Álvarez le relató "presuntos maltratos" hacia su persona y para "una persona presuntamente maltratada haría lo que fuera".

Con las declaraciones de este viernes —que han empezado con media hora de retraso porque Sánchez-Camacho ha llegado tarde y que, por motivos personales, no preside David Fernández—, el Parlament revive la polémica conversación en el restaurante La Camarga de Barcelona entre la dirigente popular y Álvarez, que fue grabada por la empresa de detectives y que supuso el punto de partida de un investigación judicial por una presunta trama de espionaje político.

Entre otros motivos, la conversación entre ambas es polémica porque Álvarez relata supuestas actividades irregulares de la familia Pujol y viajes a Andorra del primogénito, lo que a algunos partidos les lleva a afirmar que hacía años que se conocían las presuntas ilegalidades de la familia del expresidente pero nadie quiso denunciarlas.

La conversación fue grabada en julio de 2010 pero trascendió a principios 2013, generando un fuerte revuelo político y mediático y llevando a Marco y a otros trabajadores de Método 3 a ser detenidos y a pasar algunos días en la cárcel. Algunos pasajes han contribuido a aumentar el eco de la polémica, como cuando el juez prohibió que se difundiera la grabación, pero ésta se acabó filtrando en la red quedando al alcance de los ciudadanos. Hace sólo unos días, Pujol Ferrusola entregó una copia de la grabación a la comisión, que la escuchó a puerta cerrada.

La declaración de Sánchez-Camacho se ha alargado tanto, que los grupos han acordado aplazar las declaraciones de la tarde, cuando estaba previsto que comparecieran el director de la agencia de detectives Método 3, Francisco Marco, y el exsecretario de Organización, José Zaragoza.

Marco defiende que la líder popular era consciente de que la estaban grabando, que respondía a un encargo y que, por lo tanto, la cinta es legal. Además, el miércoles advirtió que no sólo contestará a las preguntas de los diputados de los grupos, sino que también responderá a cualquier cosa que Camacho diga en su comparecencia de la mañana, y avisó a los partidos que si repiten las acusaciones contra él que ya habían dicho en sede parlamentaria, acudirá a los tribunales.

Informaciones periodísticas situaron al PSC como el responsable del encargo y en concreto el exsecretario de Organización, José Zaragoza, de ahí que también se le haya citado a declarar junto con la entonces gerente del partido Lluïsa Brugué. El socialista admitió haber trabajado con empresas del "mismo grupo" que Método 3 para cuestiones de seguridad relacionadas con la sede del PSC, pero siempre ha negado ser la persona que encargó la grabación de La Camarga a la empresa de detectives.

El exsecretario de Organización es actualmente diputado en el Congreso y dimitió como miembro de la Ejecutiva del PSOE meses más tarde de estallar la polémica ante unas informaciones que afirmaban que pudo encargar, de nuevo a Método 3, espiar al alcalde del PP en Badalona, Xavier García Albiol.

Después de Sánchez-Camacho, la detective Maite Francés declaró a los medios que el exsecretario de Organización del PSC encargó grabar la comida entre Álvarez y Sánchez-Camacho y cree que lo hizo con el consentimiento de esta. "Lo que hace [Camacho] es esconderse", ha asegurado Francés a preguntas de los periodistas fuera de la sala, y ha considerado que el objetivo de Zaragoza y la líder popular era obtener información de Álvarez.

En la misma línea, pero esta vez como testigo en la comisión, Álvarez ha considerado que Zaragoza y la dirigente popular acordaron grabar la comida que ambas mantuvieron en el restaurante La Camarga de Barcelona del 7 de julio de 2010. "Que vengan a grabar una conversación, que la manipulen, que la hagan pública me parece aberrante", ha añadido. Ha agregado que se reunió con ella no era para hablar de los negocios de Jordi Pujol Ferrusola sino para una posible colaboración de su empresa en una campaña electoral del partido.