Gustavo Virués Ortega: más de 20 años de experiencia antes del fatal desenlace en Marruecos

Imagen de perfil de Facebook del espeleólogo español Gustavo Virués.
Imagen de perfil de Facebook del espeleólogo español Gustavo Virués.
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Imagen de perfil de Facebook del espeleólogo español Gustavo Virués.

Gustavo Virués Ortega, el español fallecido en Marruecos tras quedar atrapado en un barranco, era presidente de una asociación de deportes de aventura desde el año 2000, con la que organizó el viaje al país africano con un grupo compuesto por nueve personas.

De 41 años, casado, con dos hijos y residente en la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera, era un espeleólogo experimentado.

Según han señalado fuentes de la familia, en el año 2000 fundó la asociación Bahía Natur, especializada en deportes de aventura relacionados con el medio natural, como montañismo, kayak, escalada y alpinismo.

Sin embargo, las mismas fuentes han precisado que Virués llevaba practicando actividades de este tipo desde que estudió la carrera de Derecho en Granada, hace más de 20 años, e incluso había participado en el rescate de algún compañero.

La expedición a Marruecos la había estado preparando durante un año junto al resto de miembros del grupo que le acompañaban, un total de nueve personas, entre las que están los otros dos espeleólogos que resultaron atrapados.

Se trata de dos policías nacionales granadinos de 41 años: el inspector jefe de la Policía Nacional José Antonio Jiménez, destinado en Almería y que ha sufrido una fractura en una pierna y una contusión en la cabeza, y otro agente que trabaja en Madrid, Juan Bolívar Bueno, que ha resultado ileso.

Preparación de las expediciones

El fallecido expuso en 2011 en un reportaje emitido en el canal de televisión Onda Cádiz su pasión por el deporte y la naturaleza, que compatibilizaba con el ejercicio de la abogacía.

En el programa hacía un repaso por algunas de las expediciones que había organizado con su asociación y reconocía el riesgo que conlleva este tipo de actividades.

"No nos gusta el riesgo por el riesgo; el riesgo es inevitable, porque, si es un objetivo difícil, lo lleva implícito, pero no es un deporte de riesgo", aseguraba.

Asimismo, en el programa reconocía la importancia de preparar las expediciones con documentación y práctica, además de contar con conocimientos de primeros auxilios y con equipos y tecnología para facilitar posibles rescates, como teléfonos vía satélite.

"Es necesario estar muy preparado, tener mucha experiencia y confiar mucho en las personas que te acompañan para minimizar el impacto del riesgo, el riesgo es un invitado más en todo esto, no se hace sólo por eso pero es inevitable", señalaba.

Con todo, el abogado comentaba que él y el resto de los miembros de su asociación preferían viajar sin guía y confiar en su propia experiencia y preparación, porque los guías "suelen hacer recorridos preestablecidos", por lo que en su opinión desaparecía el "elemento de aventura".

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