La exposición 'Desabotonar la moda' desvela en París la 'secreta geometría' del arte de los botones

  • El Museo de Artes Decorativas de la capital francesa expone por primera vez su refinada y completa colección, única en el mundo, de tres mil botones.
  • La muestra defiende la 'crucial' importancia de la aparentemente humilde pieza para 'crear el balance perfecto de una silueta' y mostrar la sensibilidad de una época.
  • Además se exhiben un centenar de botones especiales de diseñadores de referencia como Chanel, Dior, Balenciaga, Saint Laurent, Gaultier, Schiaparelli...
Montaje fotográfico con algunos de los 3.000 botones que se exponen en París
Montaje fotográfico con algunos de los 3.000 botones que se exponen en París
Les Arts Décoratifs - París
Montaje fotográfico con algunos de los 3.000 botones que se exponen en París

Utilizado desde la antigüedad —el más antiguo encontrado en yacimientos tiene unos cinco mil años y procede del valle del Indo— como elemento fundamental del vestuario, la aparentemente humilde función del botón, unir dos piezas entre sí, queda compensada por las complejas técnicas artesanas empleadas en su fabricación —desde un primer momento se utilizaron materiales nobles naturales, como el nácar de las conchas marinas— y la gran dosis de imaginación añadida para hacerlos distintivos y especiales. Pese a que todas las culturas lo emplearon, el botón tardó en alcanzar un estatus de obra de arte: se considera que en el siglo XVII comenzó a ser símbolo de refinamiento y en el XVII se alzó como seña de coquetería e instrumento de seducción.

La exposición Déboutonner la mode (Desabotonando la moda) desvela una colección de botones única en el mundo y defiende la "crucial" importancia de la aparentemente humilde pieza para "crear el balance perfecto de una silueta" y mostrar la sensibilidad de una época. La muestra, organizada por el museo Les Arts Décoratifs de París, que la tendrá en cartel hasta el 19 de julio, aplica sin un ápice de duda a los botones la categoría de obras de arte e intenta revelar la "secreta geometría" que convierte en únicas a algunas piezas.

De la A a la Z

Es la primera vez que la colección del museo de artes decorativas de la capital francesa es mostrada al público: son 3.000 botones datados entre el siglo XVIII y el XXI que la pinacoteca compró en 2012 al coleccionista Loïs Allio —autor de la guía de consejos Collectionner les boutons de A à Z (El coleccionismo de botones, de la A a la Z), publicada en la web de la exposición.

El conjunto, clasificado como patrimonio del Estado por la Comisión de Tesoros Nacionales, está formado por piezas que, "pese a su pequeño tamaño, son obras de arte con todas las de ley", tanto por su "valor incalculable" como por la "riqueza de los materiales" y la "excelencia técnica" de los "bordadores, tapiceros, ceramistas, joyeros, cristaleros y plateros" implicados en la fabricación, dicen desde Les Arts Décoratifs.

Fascinaban a los surrealistas

Como añadido a la colección histórica, que también incluye botones diseñados por artistas plásticos —a los surrealistas les fascinaba el valor simbólico del botón como llave de puertas secretas y acceso a intimidades que se desea ocultar pero no del todo—, la muestra incluye un centenar de botones de alta costura, piezas únicas creadas por algunos de los diseñadores o empresas de moda más exclusivas del siglo XX, entre ellos Chanel, Dior, Balenciaga, Saint Laurent, Gaultier, Schiaparelli, Mme Grès, Givenchy, Balmain...

La colección, definida como "ejemplar" por "variedad, riqueza y eclecticismo", incluye un botón con el retrato de una mujer pintado al estilo de Fragonard —se le atribuye al pintor, pero no hay certeza—, un trío de piezas basadas en las fábulas de La Fontaine y talladas en plata por el orfebre Lucien Falize, un juego de ocho pájaros pintados en porcelana por Camille Naudot y una serie de 792 piezas del escultor Henri Hamm.

Arp y Giacometti

Entre los botones sofisticados y exclusivos destacan los fabricados para la diseñadora de alta costura Elsa Schiaparelli por los joyeros Jean Clément y François Hugo, expertos en resinas y cerámicas esmaltadas, y los artistas Jean Arp y Alberto Giacometti, que optaban por el metal. Otros creadores de botonerías para la moda más exquisita fueron Francis Winter, Roger Jean-Pierre y Sonia Delaunay, esta última autora de una geométrica colección de botones realizados con marquetería.

La exposición está estructurada como una línea de tiempo que muestra la "increíble historia" de los botones y la forma en que han "reflejado a la perfección la creatividad y la sensibilidad" de cada época. Fotos, grabados, dibujos y retratos de desfiles de moda, enfatizan la importancia de esta pieza casi siempre pequeña pero sólo en apariencia secundaria, porque desde su consolidación como artículo de diseño en torno al siglo XIII ha mantenido un "papel central" en el vestuario.

'Soporte para expresar opiniones políticas'

La edad de oro de los botones coincidió con los años postreros del siglo XVIII, cuando se convirtieron en un objeto de lujo que a veces era más caro que el vestido. "Más que un simple ornamento, también era un adecuado soporte para expresar opiniones mediante mensajes humorísticos, íntimos e incluso políticos", señalan los organizadores, que citan el caso de botones con retratos de la familia real para mostrar inclinaciones monárquicas o de la toma de la Bastilla para mostrarse partidario de la república.

En el siglo XIX, el accesorio entró con fuerza en los atuendos masculinos para denotar refinamiento y distinción y también, como consecuencia de la revolución industrial, comenzó a fabricarse en serie, lo que despertó el interés de las clases medias por cambiar las gamas de colores y formas habituales. En la moda femenina redujeron sus dimensiones, pero empezaron a ser añadidos a prendas distintas a los vestidos o abrigos y a ser comunes en guantes, botas y prendas de lencería.

'Art nouveau' y 'art déco'

Los movimientos esteticistas del siglo XX, el art nouveau y el art déco, con su defensa de la sensualidad y el goce de los sentidos, reforzaron la importancia de los botones como elementos estéticos distintivos y derivaron en la entrada en escena de los artesanos, sobre todo joyeros, ceramistas y vidrieros. François Hugo realizó deslumbrantes colecciones de diseños abigarrados y novedosos entre los años treinta y cuarenta.

El botón comenzó a declinar en los años ochenta a medida que los diseñadores de ropa regresaron a creaciones minimalistas en las que el botón volvió a su uso primario como pieza de enganche y perdió protagonismo como elemento artístico o de diseño, relegado solamente a los botones-joya superexclusivos de las grandes firmas de la alta costura.

¿Hay futuro para los botones". Los responsables de la muestra de París piensan que sí: "Pese al aumento en el uso de nuevas formas de cierre, como la cremallera, los remaches a presión o el velcro, el botón estará siempre presente".

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