Alrededor de 1.000 inmigrantes de origen subsahariano, según cifras de la Delegación del Gobierno, han intentado sin éxito entrar a Melilla durante toda la madrugada de este viernes por la valla fronteriza, en una jornada donde la presión migratoria sobre la ciudad ha sido "extrema".

Según han informado fuentes policiales, la situación que se ha vivido ha sido de "máxima alerta" ante el avistamiento de dos grandes grupos, que se han movido durante toda la noche por distintas zonas para llevar a cabo el salto a la doble verja fronteriza.

El despliegue efectuado por la Guardia Civil en el lado español y la colaboración de las fuerzas de seguridad marroquíes, con el apoyo desde el aire del helicóptero del instituto armado, ha evitado una nueva entrada masiva de inmigrantes a la ciudad, según las mismas fuentes. Además, se ha sumado a las tareas de vigilancia del perímetro fronterizo un helicóptero de la Gendarmería Real Marroquí.

El dispositivo de seguridad se ha mantenido durante horas, hasta que los inmigrantes han retornado hacia el interior de Marruecos y han desistido de su intento de saltar la valla. La presión migratoria sobre Melilla es intensa desde hace meses, pero ha sufrido un repunte esta semana, donde los intentos de salto se han sucedido.

Distintas organizaciones, entre ellas la ONG Prodein, y la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Melilla relacionan este aumento de la presión con la aprobación de la ley de Seguridad Ciudadana, que incluye la enmienda que recoge las denominadas "devoluciones en caliente".

Las últimas entradas masivas de subsaharianos se produjeron los pasados 30 y 31 de diciembre, cuando alrededor de 150 inmigrantes consiguieron saltar el vallado y acceder a la ciudad autónoma en dos saltos registrados en apenas 24 horas.