Vinilo en las paredes, y no son discos

Este material, resistente y muy flexible, permite personalizar cualquier estancia.

Los autoadhesivos para paredes son lo último en decoración. Algo muy sencillo que hace que una estancia esté decorada y tenga personalidad propia sin necesidad de muebles.

Un simple vinilo que abarque una pared con un sofá creará la sensación de que el salón ya está listo para recibir visitas. Pero no sólo se colocan en las paredes; las ventanas, las puertas e incluso algunos muebles se pueden tunear al gusto del consumidor.

Para pegar el vinilo, la superficie debe ser lisa y estar totalmente limpia. Su duración es de unos seis años –lo justo para cansarse del dibujo o el tiempo que suele pasar hasta que se vuelven a pintar las paredes de una casa–. Posiblemente para entonces querremos utilizar otra plantilla.

Flores, motivos tribales...

La variedad de modelos es infinita, incluso se hacen a a la carta. Los más recurrentes son los motivos florales y los tribales. En muchas tiendas ya se están empezando a ver por las paredes. Es algo sencillo, bastante económico y que combina con cualquier estilo.

Lo más vistoso es una pared blanca con un vinilo de gran formato y de un color no estridente, también se puede utilizar un fondo rojo o negro con el vinilo blanco. Se puede optar por un diseño discreto o llamativo. En cualquier caso su colocación es rápida, limpia y muy fácil.

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