La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) de Córdoba ha criticado este lunes la "agresión física sufrida por un trabajador (sanitario), en el desempeño de sus funciones, por parte de un usuario" en el Centro de Salud de Palma del Río (Córdoba), en la noche de este pasado sábado. .

A este respecto y en un comunicado, el presidente del Sector de Sanidad de CSIF-Córdoba, Antonio Poyato, ha detallado que "el día de los hechos un celador-conductor se encontraba desarrollando su labor" en el citado centro sanitario y, "en un momento dado, un hombre entró en el edificio para solicitar asistencia médica al tener una lesión en una mano, siendo atendido por el citado trabajador para tomarle todos los datos".

Después, según ha indicado el sindicato, cuando correspondía la entrada a la consulta del siguiente paciente, "el hombre con la lesión en la mano intentó acceder a ver al médico, pero sin que le correspondiera su turno" y el celador-conductor le indicó que no podía pasar porque había otra persona delante suya. En ese momento, el paciente "le asestó un puñetazo al trabajador, causándole lesiones en la cara, además de insultarle gravemente. De manera inmediata, el celador-conductor se puso en contacto con la Guardia Civil para interponer la correspondiente denuncia".

En relación con ello, CSIF ha recordado que pone a disposición de todos los empleados de la sanidad pública cordobesa que sea agredidos en su puesto trabajo sus servicios jurídicos para que inicien, si así lo estiman oportuno, acciones legales para defender su integridad física y moral en el desempeño de su labor en un centro público.

En cuanto a la agresión en sí, Poyato ha reclamado la activación del protocolo de agresiones que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) tiene establecido para estos casos.

Por último, el sindicado ha recordado que rechaza "frontalmente cualquier tipo de agresión, ya sea física o verbal, hacia unos profesionales que realizan una labor encomiable, con una evidente falta de recursos y que padecen desde hace años una penosa precariedad laboral, con contratos que, en algunos casos, son al 33%, aunque también hay al 50 y al 75%", lamentando también Poyato "la situación de indefensión a la que se ven sometidos los empleados de la sanidad en su puesto de trabajo, cada vez con más frecuencia".