La pasarela Madrid Fashion Week baja a la calle

  • La 60ª edición de la Madrid Fashion Week, que el lunes cerró su programa oficial, propone modelos "que podrían verse en un escaparate", explica su directora.
  • Una tendencia: el blanco.
  • En peinados, se lleva el 'normcore'.
Una modelo exhibe una de las propuestas de Teresa Helbig para la primavera-verano 2015 en la Madrid Fashion Week.
Una modelo exhibe una de las propuestas de Teresa Helbig para la primavera-verano 2015 en la Madrid Fashion Week.
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Una modelo exhibe una de las propuestas de Teresa Helbig para la primavera-verano 2015 en la Madrid Fashion Week.

Han pasado muchos años —concretamente, siete— desde que Bimba Bosé desfiló por la todavía llamada Pasarela Cibeles (hoy, Mercedes Benz Madrid Fashion Week) con un modelo de David Delfín  y una silla de madera atravesando su cabeza. Eran tiempos en los que algunos de los trajes de Ágatha Ruiz de la Prada tenían colas gatunas, a los vestidos de noche de Amaya Arzuaga les crecían matas de pelo por la espalda y las coletas de Locking Shocking  (después, Ana Locking) poseían una verticalidad quimérica y sideral.

Ahora, la Madrid Fashion Week ha comedido sus formas.  Incluso la transgresora Maya Hansen, amante de la lencería extrema de inspiración sado-maso, ha dulcificado sus corsés y su discurso en la última edición de la feria, la 60ª, que este lunes cerraba las puertas de su programa oficial con las propuestas para la temporada primavera-verano de 2015.

"Hoy los diseñadores tienen muy presente la idea de vender", observa Leonor Pérez Pita, directora de la feria, quien asegura que la ropa que ha pasado este año por la muestra "podría verse, sin problemas, en los escaparates de la calle".  Como prueba de ello, la incursión por primera vez de la firma Desigual en el calendario de la Madrid Fashion Week, una marca de ropa urbana y juvenil que cuenta con tiendas en más de cien países por todo el mundo y precios relativamente accesibles.

Una primavera blanca

Más difícil es hacer un balance de tendencias. La pasarela hace tiempo que dejó de responder a un solo patrón. Solo el regreso del blanco en todas sus modalidades —nuclear, roto, virado hacia el azul o el rosa— y una mayor apuesta por los modelos atemporales, tal vez consecuencia de la crisis, han puesto de acuerdo a sus participantes.

Durante cinco días, los treinta diseñadores que han discurrido por la muestra han optado por distintas siluetas y soluciones. La profusión de vuelo y volúmenes, quillas, faldas de media capa o la coquetería naif de los vestidos baby doll de los sesenta, con sus escotes decorosos y sus minifaldas, se ha intuido en las colecciones de Roberto Torretta, Ágatha Ruíz de la Prada o Ion Fiz. En el otro extremo, las túnicas y las siluetas oversize y menos femeninas de Ailanto, Duyos y David Delfín, así como las telas vaporosas y las prendas llenas de movimiento de Francis Montesinos, Moisés Nieto o Devota y Lomba.

Las asimetrías —en menor medida que el año pasado—, el juego con distintos largos y las superposiciones han sido recogidas, en cambio, por Juanjo Oliva, Ana Locking, Torretta, Rabaneda y Amaya Arzuaga, que también ha hecho alguna incursión en las prendas con volúmenes.

Se mantienen los shorts muy cortos para el verano y los pantalones pitilleros. En cuanto al calzado, se han visto desde sandalias planas a altísimos tacones. Eso sí, es hora de empezar a despedirse de las plataformas.

Peinados ''normcore'

Peinado de AilantoLa sencillez y discreción de la pasarela también se ha dejado notar en los peinados, cada vez más cerca de ese normcore (tendencia a vestir de forma informal y cómoda) que, según los blogueros de moda, se ha apoderado de los barrios hipsters.

El exponente más claro fueron las coletas de caballo de aspecto apresurado del desfile de Ailanto o las melenas lisas, sin accesorios, que lucieron algunas de las modelos del desfile de Teresa Helbig o Amaya Arzuaga, entre otras.

 Un toque de transgresión

Madrid Fashion WeekPese a la discreción de formas y colores que se ha impuesto en la muestra, algunos diseños han destacado por su talante provocador o su sentido del humor. Este ha sido el caso del bañador masculino realizado en piel de Extxebarría (a la izda.). Tampoco Ágatha Ruíz de la Prada (a su lado) se ha dejado envolver por el blanco imperante y ha optado por una explosión de color. Ana Locking ha sorprendido con un vestido de transparencias muy sensual que dejaba poco espacio para la imaginación.
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