La Policía prevé controlar más las terrazas de Madrid este verano por el ruido y el bloqueo de calles

  • La Policía Municipal de Madrid intensifica hasta final de verano las inspecciones a terrazas por las denuncias de vecinos, incluso con visitas semanales.
  • La ordenanza se suele incumplir por la ocupación de más espacio del permitido, no respetar el paso de los peatones o sacar música a la calle, según los agentes.
  • Algunos hosteleros hablan de acoso y los vecinos de manga ancha. "Hay que equilibrar el descanso con la actividad hostelera", aseguran en el Ayuntamiento.
  • La reciente ordenanza de terrazas da vía libre para instalarlas en más aceras.
Una terraza deja un estrecho paso a los peatones en el mercado de la Cebada (Madrid).
Una terraza deja un estrecho paso a los peatones en el mercado de la Cebada (Madrid).
JORGE PARÍS
Una terraza deja un estrecho paso a los peatones en el mercado de la Cebada (Madrid).

Es difícil encontrar una calle o plaza del centro de Madrid sin una terraza instalada. Esta proliferación de veladores, promovida por la ordenanza municipal que relaja las normas de instalación, se ha convertido en una fuente de negocio para los hosteleros. Sin embargo, los residentes de barrios céntricos de la capital sufren la otra cara de la moneda, por el ruido que generan los clientes y la dificultad para pasear sin obstáculos por las calles. De hecho, las quejas vecinales están obligando a la Policía Municipal a intensificar las inspecciones a las cerca de 4.000 terrazas de Madrid durante la temporada alta (de ahora a final de verano), según fuentes policiales, portavoces del área municipal de Seguridad y hosteleros.

A lo largo del año, los agentes tienen la orden de realizar al menos una visita a cada local con terraza. "Todos los locales se inspeccionan de oficio una vez al año como mínimo y en algún caso se realizan dos controles rutinarios", explican en la Concejalía de Seguridad. Pero además de estas inspecciones programadas, la Policía prevé multiplicar los controles en temporada alta: "Cuando llega una denuncia de un vecino, los agentes tienen la obligación de pasarse por la terraza para comprobar que cumple con la normativa. Es ahora cuando más inspecciones hay porque aumentan las molestias y, por tanto, las denuncias", añaden dichas fuentes municipales.

Así, en los meses invernales solo se suele realizar una inspección, pero durante la primavera y el verano "hay terrazas que se llegan a visitar una vez a la semana, sobre todo en barrios del centro que tienen mucha población y también mucha acumulación de locales", concretan fuentes de la Policía Municipal. "Se visitan más los veladores de los cuales recibimos quejas, los que son reincidentes y los que ya han tenido algún apercibimiento. También acudimos por sistema a las terrazas de reciente apertura que detectamos, para comprobar que tienen toda la documentación en regla", asegura José Francisco Horcajo, portavoz de la sección de Policía Municipal en el sindicato CSIT.

Distancias permitidas y paso para peatones

Las infracciones más habituales, según los agentes, están relacionadas con el ruido y la ocupación de más espacio del permitido (en todo 2012 se impusieron 5.960 denuncias, aunque el Ayuntamiento no ofrece datos actualizados). Concretamente, la Ordenanza de Terrazas y Quioscos de Hostelería y Restauración se suele incumplir por exceder los metros autorizados (los hosteleros pagan la tasa municipal en función de los metros cuadrados que ocupan).

En muchas ocasiones tampoco se respetan las distancias permitidas por la ordenanza entre la terraza y otros elementos del mobiliario urbano o se deja poco espacio para el tránsito de los peatones por las aceras. Según la normativa, se deben dejar como mínimo 2,5 metros de paso para los viandantes, debe haber 1,5 metros entre terrazas consecutivas y deben estar a más de dos metros de bocas de metro, paradas de bus, pasos de cebra, salidas de emergencia o tapas de alcantarilla. También se detectan incumplimientos por sacar equipos de música a la calle o por exceder el horario de apertura, según relata la Policía.

Sin embargo, este control policial no deja contenta a ninguna de las partes. Los vecinos creen que sigue habiendo "manga ancha para las terrazas" y que el Ayuntamiento "prioriza el negocio de algunos sobre el descanso de los residentes", según fuentes de la Federación Regional de Vecinos (Fravm). También la oposición municipal socialista sostiene que el Consistorio "debería vigilar más todavía el cumplimiento de la ordenanza, que se infringe sistemáticamente a pesar de que esta normativa es mucho más laxa que la anterior", según Marisa Ybarra, concejal del PSOE en el distrito Centro.

"Son un antídoto para evitar el botellón"

Por su parte, algunas asociaciones de hosteleros critican lo contrario: "Sufrimos una persecución en toda regla, esto es acoso policial. Tenemos agentes constantemente pendientes de las terrazas, como si fuéramos delincuentes. Incluso han llegado a levantar a todos mis clientes a las nueve de la noche de un viernes para multarme. Los vecinos no se dan cuenta de que las terrazas son el antídoto para evitar la delincuencia y el botellón en las calles", asegura Jesús Herráiz, miembro de la asociación La Muralla. En cambio, el colectivo mayoritario de hosteleros, asociados en La Viña, considera que esas inspecciones "son adecuadas; en ningún caso vamos a apoyar que se incumpla la ley y si alguien está infringiéndola es justo que le multen".

Ante esta polémica, el Ayuntamiento se siente entre dos aguas: "Por un lado dicen que hay acoso a los hosteleros y por otro que no hay vigilancia. De lo que se trata es de buscar un equilibrio entre el derecho de los vecinos al descanso y la necesidad de promover la actividad económica de los hosteleros".

Clara Alcaraz, vecina de Prosperidad: "No puedo estar tranquila en mi propia casa"

Clara vive en un primer piso y tiene la terraza de un bar justo debajo de sus ventanas. "La terraza es pequeña, pero se salta los permisos y a veces se juntan allí decenas de personas. Genera mucho ruido a todas horas, me entero de todas las conversaciones como si la gente estuviera dentro de mi casa y lo peor es que mi niña de nueve meses no puede descansar. A todos nos gusta tomarnos algo en una terraza, pero deben entender que los vecinos tenemos derecho a vivir en silencio. No están respetando mi descanso", se queja. Clara y su marido han denunciado en varias ocasiones al local y "la Policía suele venir a hacer mediciones y comprobar que todo está en regla, pero siguen incumpliendo las normas".  Incluso, asegura que las molestias de la terraza le están "afectando a la salud: me estresa mucho, me es imposible estar tranquila en mi propia casa".

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