El juez Gómez Bermúdez está presidiendo con mano de hierro el juicio del 11-M.

No es de extrañar que haya sido bautizado como "el juez House", en referencia al médico que protagoniza la serie que emite Cuatro, ya que sus intervenciones recuerdan a la del médico de ficción.

El presidente de la sala ha sido objeto de reportajes en la prensa nacional.

El pasado domingo 25 de febrero, El Mundo publicaba un artículo sobre el presidente de la sala, titulado El nieto del juez Bermúdez.

El reportaje, firmado por Victoria Prego, recogía la trayectoria profesional del juez Gómez Bermúdez, con el trasfondo siempre presente de su abuelo, juez encarcelado y expulsado de la carrera judicial por haber participado en tribunales republicanos durante los primeros días de la guerra civil.

Pese al siniestro transfondo que se esconde tras el juicio del 11-M, el juez Gómez Bermúdez no se ha librado de la afilada visión cómica del humorista Andreu Buenafuente.

Más allá del aspecto profesional y personal, las tajantes intervenciones del juez Gómez Bermúdez en la dirección del tribunal han hecho que los guionistas de Buenafuente se fijen en él para protagonizar un sketch.

En la parodia, Eduardo Soto -actor que se esconde detrás de personajes como El Notario o El Neng de Castefa- toma prestadas frases literales del verdadero Gómez Bermúdez y, ya puestos, las exagera:

- El juez a Buenafuente. ¡Guarde silencio!¡Estoy harto de sus bromitas!

- El juez pregunta. ¿Cómo estás?.

- Buenafuente contesta. Superbien.

- El juez. ¡El super sobra!. Hable cuándo se le pregunte. ¡Silencio! Estoy harto de sus gestos.

- Buenafuente. Estoy superincómodo.

- El juez. El super sobra.

Lo cierto es que no le faltan ciertas similitudes al falso juez Bermúdez, parodiado por Edu Soto, y al verdadero.

Y si no que se lo digan a Rafá Zouhier, procesado por facilitar -presuntamente- los explosivos, y quien, hasta este momento, ha sido quien más ha sacado de sus casillas al magistrado.

Durante el interrogatorio de Rachid Aglif, Rafá Zouhier no paró en ningún momento de hacer gesticulaciones desde el habitáculo blindado.

Zouhier reaccionaba de esta manera a las palabras de Aglif, quien le inculpaba.

En un momento dado, Bermúdez interrumpió la vista y exclamó: "Un momentito. Se expulsa Zouhier temporalmente de la sala. Señores agentes bajenle a calabozos. Ya estoy harto de sus gestos. Siga señor letrado". Sus encontronazos con Zouhier no quedaron ahí.

Rafá Zouhier: Superinocente señoría

Goméz Bermúdez le matizó entonces: "El super, sobra. A partir de ahora lo justito para su defensa. A la mínima le mandó al calabozo y ya comparecerá otro día".

Nervioso, casi agresivo, Rafá Zouhier no paraba de interrumpir al fiscal en el interrogatorio, indicando incluso qué es lo que querían que le preguntaran.

El juez interviene de nuevo: "Se lo repito por cuarta vez. Su defensa será la última en preguntarle. No es lo que usted prefiera hacer, es el sistema el que es".

Pero el procesado continuaba con sus interrupciones, y el juez no sabía como hacer valer su autoridad: "¿Se quiere callar de una puñetera vez?".

También los traductores han sido objeto de la severidad del juez. En la primera sesión del juicio, el juez interrumpió la comparecencia de 'El Egipcio': "Se ve que no están finos las traducciones esta tarde. Quiero ver a los traductores inmediatamente en mi despacho".

Algunos procesados se dirigían al tribunal en español con alguna deficiencia de expresión. Durante el interrogatorio a Rachid Aglif hubo un momento en el que el fiscal hizo una intervención fuera de lugar:

Aglif: Eso lo expliqué cuando me detuvo [en lugar de decir cuando me detuvieron]

El Fiscal puntualiza, de manera algo altiva: "Yo no le he detenido".

El Juez interrumpe el interrogatorio: Ha entendido usted perfectamente. No tiene un español tan correcto como para matizar.

Basel Ghalyoum, compareció ante el tribunal con gran cantidad de papeles, que iba consultando para responder a las partes. El procesado empezó a usar tecnicismos sobre los análisis de ADN realizados a un gorro que se encontró en el piso de Leganés, para negar su presencia en dicho lugar.

El juez le interrumpe: "No insista en hacer de perito, porque no lo es".

En el interrogatorio a Antonio Toro, éste comenzó a defender a un amigo a quien no quería implicar en nada. El juez lo interrumpe: "La exaltación de la amistad para otro momento".

Una de las acusaciones particulares pregunta a uno de los procesados porqué viajó a Barcelona con la tarjeta de residencia y el pasaporte.

El juez le interrumpe: "¿A dónde quiere llegar letrado? No hay ninguna ley que prohíba viajar con pasaporte por España".

Durante el interrogatorio a Abdelmajid Bouchar, uno de las acusaciones le pregunta cuántos idiomas sabe.

El procesado contesta que habla árabe, algo de bereber y un poco de español.

Juez Gómez Bermúdez: No da lugar a esa pregunta. No hace falta saber idiomas para poder viajar.

Poco después, en el interrogatorio a uno de los implicados en la trama asturiana, una defensa no para de hacer preguntas que nada tienen que ver con el juicio.

El juez interrumpe el interrogatorio y le dice a la letrada: "¿Llegaremos en algún momento a las preguntas importantes para el proceso?".

Precisamente en el interrogatorio a Emilio Suárez Trashorras, sale a relucir el llamado caso Pipol, por el que se condenó al ex minero por tráfico de explosivos: "Ese hecho, afortunadamente, lo ha juzgado otro tribunal, porque ya tenemos bastante trabajo", apostilla el juez para que se centre el interrogatorio en la causa de los atentados del 11-M.

Siga el juicio del 11-M en el especial de 20minutos.es.