Un fotoensayo revela la belleza estética del punk con fotos inéditas de hace casi 40 años

  • Karen Knorr y Olivier Richon publican en el libro "Punks" imágenes de 1976 y 1977, cuando el naciente moviento social y musical cuajaba en Londres.
  • Las fotos muestran a jóvenes posando con desenfado en clubes nocturnos.
  • Al contrario que en otros reportajes sobre el punk, las imágenes están realizadas con afán esteticista, iluminación correcta y composición cuidada.
Una de las fotos del libro "Punks"
Una de las fotos del libro "Punks"
From PUNKS, 1977  by Karen Knorr and Olivier Richon © Karen Knorr and Olivier Richon courtesy GOST Books
Una de las fotos del libro "Punks"

Los primeros momentos del punk en el Reino Unido suelen ser recordados como convulsos, con cierto grado de violencia, mucho desenfreno alcohólico y ruido extremo. No es para menos: entre 1976 y 1977, cuando el nihilismo y la filosofía del hazlo tú mismo prendieron la mecha, la situación social era de colapso, con tres millones de jóvenes desempleados en Europa y muy poco horizonte a la vista.

El fotoensayo Punks, realizado por los artistas Karen Knorr y Olivier Richon, muestra una imagen que resulta tan inédita como las fotos, tomadas hace casi 40 años y nunca antes de ahora publicadas. La obra, que acaba de publicar la editorial independiente británica Gost Books en una edición limitada de mil copias, prima una mirada que se detiene en la belleza estética del punk y sus seguidores.

Atrevidos y hermosos

Las imágenes, en blanco y negro, carecen del habitual grano duro y temática frenética de otras obras. Al contrario, están realizadas para mostrar que los primeros punk eran muchachos atrevidos, glamurosos y de patente hermosura. La iluminación es siempre correcta, los fotografiados son conscientes de la cámara y no la eluden y la composición de cada encuadre es muy cuidada.

"Trabajar juntos nos permitió controlar la iluminación de flash y además fuimos capaces de establecer una relación más fácil con nuestros modelos", comentan los autores, que establecieron como punto de partida alejarse de la "estrategia de fotografía espontánea" o de "dispara y corre"  habitual en el ambiente de los clubes punk. "Queríamos evitar la imagen áspera y con mucho grano asociada a ese modo de trabajar y elegimos una confrontación directa con nuestro tema".

Fotos "más pictóricas"

Las fotos de Punks, que afirman la presencia del fotógrafo en lugar de eludirla, son de una quietud casi turbadora y, aunque son palpables la teatralidad y el simbolismo del moviento —los cortes de pelo en forma de cresta, el cuero y los complementos metálicos...—, se detienen en el gesto, la mirada directa y la pose. "La pose hace que las fotos sean más pictóricas. Esá más relacionada con la duración que con la captura del instante", dicen Knorr (nacida en 1954) y Richon (1956).

Tomadas en dos de los grandes templos nocturnos de la primera oleada punk en Londres, el Roxy y el Global Village, algunos de los retratados por Richon y Knorr todavía estaban todavía en Secundaria o Bachillerato, mientras que otros trabajaban durante el día escamoteando la condición punk y adoptándola plenamente sólo al llegar la noche.

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