Tras toda una vida dedicada al arte dramático, Canco Rodríguez dio el gran salto a la popularidad gracias a su papel de Barajas, en la serie Aída. El mejor amigo de Luisma, tan ingenuo, bobalicón y desastroso como el personaje interpretado por Paco León, se ha ganado el favor del público gracias a su carácter entrañable y su cómica personalidad. Sin embargo, Canco es mucho más que el Barajas: fue guionista en la serie Ala Dina, ha aparecido en películas como La Fiesta y las dos partes de Fuga de cerebros y desde septiembre participa en el musical Hoy no me puedo levantar, que se representa en el Teatro Arteria Coliseum de la Gran Vía de Madrid.

¿Cómo afronta el papel de Barajas tras tantos años en la serie?

Se afronta con muchas ganas de seguir estando fresco y sin que el personaje quede repetitivo, pero es que los guiones que nos han presentado para esta nueva temporada son tan divertido que tenemos un trabajo hecho por delante ya. El personaje está ya construido y simplemente es ir afinando con el resto de los compis.

¿Qué es lo más ilusionante de esta nueva temporada?

Lo que más contento nos tiene a todos es la incorporación de Dani Martínez en el elenco de actores, porque es savia nueva, porque es una bellísima persona y además ha encajado perfectamente y su personaje es muy divertido y creo que es el punto fuerte de esta temporada y lo que más nos ha refrescado a todos.

¿Qué le dice la gente por la calle?

Recibo mucho cariño porque el personaje de Barajas cae muy bien al público. Es tan tontín, todo le sale mal, entonces cae muy bien. Es lo que tiene estar en la tele, la cosa de la fama y todo esto, pero estoy muy agradecido.

A pesar de lo peculiar que es el Barajas, ¿cree que tiene algún punto en común con él?

Supongo que todos los actores tenemos algún punto en común con los personajes a los que interpretamos. Al igual que en Aída todos mis compañeros tienen algo de sus personajes, yo también tengo algo de Barajas seguramente, porque metemos parte nuestra. Son personajes que son unos clichés muy exagerados y evidentemente no me parezco nada a Barajas, pero sí que hay cosas, como la inocencia del personaje, que a veces las tengo yo también. Soy extravertido como él... Siempre hay rasgos nuestros en el personaje.

Casi siempre ha hecho comedia, ¿le gustaría cambiar de registro?

La verdad es que sí, es uno de mis objetivos. Siempre digo que no tengo prisa, que poco a poco llegará el día en el que me lleguen a la mesa papeles dramáticos, con otros perfiles que no sean la comedia. Estoy deseando que me lleguen y poder afrontarlos y trabajarlos, pero sin prisa, sin ansiedad. Cada cosa tiene su tiempo y, ahora mismo, este personaje de Aída o el que estoy haciendo ahora en Hoy me puedo levantar son comedia y son los que me están dando ahora mismo nombre y donde puedo demostrar que sé hacer las cosas.

¿Qué tal la experiencia en Hoy no me puedo levantar?

Muy cansada. Es un placer trabajar en un musical, trabajar en la Gran Vía, que es nuestro Broadway español, y hacerte un hueco ahí es muy complicado, porque hay muchos actores con mucho talento. Trabajar en un musical compaginando el baile, el canto y la interpretación es una gozada.

Es muy cansado porque han sido dos meses y medio de ensayo como yo no he ensayado en mi vida, muchísimas horas para afinar bien el musical. Queríamos que mantuviese la misma fuerza y el mismo éxito que tuvo durante cinco años en Madrid y para conseguir eso ha habido que trabajar muchísimo, pero muy bien, muy contento. A día de hoy, lo que llevamos de funciones estamos llenando y el público está saliendo muy contento, sobre todo los que ya vinieron a verlo, que les gustó mucho el otro y que ahora están recomendando este.

¿Con qué disfruta más, con el baile, con el canto o con la interpretación?

Disfruto mucho todo el musical, que son tres horas y media, pero hay un momento en el que canto que es el que más me gusta porque permite que la gente me vea desde una nueva perspectiva. No canto muchísimo como cantan Dani Diges o Adrián Lastra, yo me centro en la interpretación y en oxigenar los momentos más dramáticos de la función, pero tengo mi pequeño momento de gloria cantando y es el que más me gusta, la verdad.

También ha trabajado como guionista, ¿echa de menos escribir o quizá sigue haciéndolo?

La escritura nunca la abandono, desde siempre me ha gustado mucho, sobre todo la dramaturgia, lo teatral, desde que analicé los primeros textos en mi vida hasta hoy. Después intenté también formarme un poco más en relatos. Viví una experiencia maravillosa hace años en Ala Dina. En un futuro me gustaría seguir rodando mis cortometrajes o montar mis propias piezas teatrales, a ver qué tal va, a ver si gustan.

Desde un punto de vista más general, ¿dónde le gustaría verse dentro de unos años?

Todos soñamos con viajar a hacer cine europeo o teatro en Broadway, pero me gusta mucho España, me gusta mucho el nivel que se está cogiendo aquí tanto en televisión como en cine y en teatro. Me veo aquí, abarcando ese otro tipo de personajes más dramáticos. Espero verme trabajando y que al público le sigan gustando mis interpretaciones.

¿Qué le gusta ver?

Me gusta mucho la ficción, más que el reality. Soy un apasionado de la HBO, soy un devorador de series, no sé si llego a ver 12 o 15 series a la vez, esperando a que salgan nuevas temporadas y cerrando las que ya han terminado. Me gusta también ver las series españolas que van saliendo, para ver a los compañeros y porque hay tramas que me gustan. En teatro, me gusta el teatro alternativo.

¿Con qué se ríe usted, que hace reír a tanta gente?

Pues me cuesta un poco a veces. Me gusta el humor ácido y el humor absurdo. Me hace mucha gracia Modern Family, por ejemplo. Me gusta ese tipo de humor que mezcla un punto de barbaridad con la estupidez barata de anuncios como el de "¡Un palo!" o los de Mixta. Ese tipo de humor absurdo y además el ácido y violento son los que más me gustan.

La crisis ha golpeado duramente al cine, al teatro y a la televisión, ¿cree que hay una solución para la situación actual?

Sí, creo que hay y que la habrá. El teatro es una de las profesiones más antiguas de la humanidad y no creo que, ni porque nosotros lo hagamos ahora peor ni porque el Gobierno lo apoye menos, vaya a caer. Esto es cíclico. Ha tocado una mala época.

Ojalá los que gobiernan, los que crean las leyes y los que suben el IVA, por un lado, y la industria del cine, la televisión y el teatro, por otro lado, se juntaran y llegaran a acuerdos y no hubiera tensiones ni fantasmas del pasado ni de partidos políticos... Estos conflictos lo único que hacen es dañar la cultura en España, tenga la razón quien la tenga. Debería haber una comunidad, una unión que hace falta porque la cultura es necesaria e imprescindible.