Los trabajadores del Aeropuerto de Reus (Tarragona) harán huelga este fin de semana, unos paros que se alargarán tres fines de semana más, hasta el 11 de agosto, en señal de protesta contra el reajuste horario de las instalaciones aeroportuarias.

Según han explicado a Europa Press fuentes sindicales, los servicios mínimos que ha dictado el Ministerio de Fomento son "abusivos porque cubren parte de la operativa que no se cubre en un día normal, o se cubre con menos gente".

Las instalaciones aeroportuarias afrontan desde el pasado 5 de abril un reajuste horario, por lo que la operatividad se ha reducido dos horas y ha pasado de funcionar desde las 06.00 horas hasta la medianoche a hacerlo a partir de las 08.00 horas, lo que se ha traducido en la supresión de un turno de trabajo, pasando de cinco a cuatro.

Antes de este reajuste, trabajaban una decena de personas por turno, y con los cuatro actuales esta cifra varía entre 13 y 15, y los servicios mínimos fijan diez trabajadores: "Con estos servicios mínimos queda cubierta el 100% de la operativa".

La propuesta del comité de empresa era de siete empleados con el objetivo de cubrir únicamente la operativa de emergencia, como vuelos policiales, de ambulancia, incendios y salvamento marítimo: "No nos queda ni este derecho".

En concreto, la huelga se producirá los sábados 20 y 27 de julio, y 3 y 10 de agosto desde las 18.00 a las 21.00 horas, y los domingos 21 y 28 de julio, y 4 y 11 de agosto desde las 08.00 a 11.00 horas.

Pese a no compartir los servicios mínimos por ser incluso más amplios que un día habitual, según han indicado, han asegurado que los cumplirán porque, de otro modo, podrían ser sancionados.

TRASLADOS

Las mismas fuentes han sostenido que el reajuste horario también ha comportado un reajuste en plantilla, ya que, pese a que no se han producido despidos, el aeropuerto, donde trabajan unos 93 empleados actualmente, contará con 15 trabajadores menos a finales de septiembre.

Han añadido que estas personas se han acogido a traslados a otros aeropuertos y promociones internas dentro de la empresa, y que no se ha renovado al personal temporal, una medida que han criticado porque va en contra de la competitividad de las instalaciones.

Han asegurado que también va en contra de la recuperación económica del territorio, ya que la actividad del aeropuerto repercute en el servicio de taxis, el comercio y el turismo: "Se trata simplemente de reducir costes puntuales de cara a la futura privatización".

Según ha explicado, el reajuste horario también supondrá la pérdida de 400 vuelos anuales debido al sobrecoste que genera esta medida y la pérdida de flexibilidad, y han argumentado que el mantenimiento del quinto turno hubiera permitido una flexibilidad de entre 17 y 20 horas, con lo que se podría mantener el aeropuerto más horas abierto sin realizar nuevas contrataciones.