La lluvia y las protestas sociales por la crisis económica empañan la celebración de San Isidro

  • La afluencia de público a la pradera ha sido muy escasa debido a las lluvias.
  • Los festejos han coincidido con el aniversario del 15-M. Algunos indignados han hecho pasacalles disfrazándose de chulapos.
  • Las movilizaciones contra la privatización de la sanidad pública y los recortes en educación han centrado las protestas.
Participantes en el pasacalles de 'Gatoflautas y Chulapos Indignados', ataviados con la vestimenta típica de los chulapos y chulapas madrileños, recorren los alrededores de Madrid Río convocados por la Coordinadora del 15M, dentro de la campaña de protestas y acciones "Mayo Global", en el segundo aniversario del movimiento 15-M.
Participantes en el pasacalles de 'Gatoflautas y Chulapos Indignados', ataviados con la vestimenta típica de los chulapos y chulapas madrileños, recorren los alrededores de Madrid Río convocados por la Coordinadora del 15M, dentro de la campaña de protestas y acciones "Mayo Global", en el segundo aniversario del movimiento 15-M.
EFE
Participantes en el pasacalles de 'Gatoflautas y Chulapos Indignados', ataviados con la vestimenta típica de los chulapos y chulapas madrileños, recorren los alrededores de Madrid Río convocados por la Coordinadora del 15M, dentro de la campaña de protestas y acciones "Mayo Global", en el segundo aniversario del movimiento 15-M.

La lluvia intermitente caída en Madrid este miércoles ha reducido significativamente la presencia de madrileños en la pradera de San Isidro, que este miércoles, 15-M, ha vivido una jornada lúdico festiva en la que no han faltado reivindicaciones sociales, incluida una performance para conmemorar el segundo aniversario del 15-M

Un chotis "por la sanidad pública" junto a la fuente de San Isidro, carteles en defensa de la educación pública y contra los recortes sociales presidiendo algunos puestos de comida, y el pasacalles "San isidro indignado" por el parque de Arganzuela de los autodenominados "gat@flautas", al sonido de batukada, son algunos de los actos de protesta que han coincidido con el patrón de Madrid.

"Por la sanidad pública, para que no haya recortes", han proclamado varias parejas que, ataviadas con pañoletas y mantones blancos, y algunas también con el traje típico de chulapa o chulapo, se han arrancado al mediodía a bailar un chotis.

"Hemos bailado un chotis sin mucha idea, pero lo hemos intentado por la sanidad pública con la ayuda de mucha gente que está en la pradera y que nos ha enseñado", ha comentado Asunción Rosado, médico de Familia en Villaverde Alto desde hace 24 años y que ha mostrado su oposición al "intento de privatización de la sanidad madrileña que puso en marcha el 31 de octubre la Consejería de Sanidad".

"Vamos a pasar el día con nuestras pañoletas blancas, hablando con la gente, que está respondiendo fenomenal", ha comentado esta doctora que este miércoles ha cambiado su bata blanca por una pañoleta del mismo color en la cabeza.

Los madrileños de todas las edades y todo aquél foráneo que ha querido acercarse a la romería a pesar de la lluvia han pasado en primer lugar por la fuente anexa a la ermita de San Isidro y donde la tradición dice que beber de esa agua pude conllevar milagros.

Manuel, miembro de la cofradía de San Isidro y que desde hace 28 años sirve con jarras el agua que fluye del manantial, ha considerado que la lluvia está afectando a la presencia de  un público que "todos los años acude con mucha devoción".

El agua de la ermita del San Isidro

Cientos de litros servirán Manuel y la media docena de voluntarios que no cesan de llenar vasos o las botellas que trae la gente, aunque este año también la cofradía ha puesto a la venta unas botellas de cristal -4 euros- decoradas con una estampa del patrón de Madrid.

Al mediodía sí había una gran cola de personas esperando el cocido que la asociación vecinal "Pradera Tercio Terol" de Carabanchel ofrece gratis desde hace veinticinco años y del que esta vez, según su responsable, Nicolás Sánchez, se han repartido 3.000 raciones.

"No es un plato completo como en un restaurante, pero es bastante decente", afirma Sánchez, que ha asegurado que al ser su asociación de ámbito social no han dudado en colocar carteles -"La sanidad no se vende, se defiende" o "Educación pública de todos para todos"- reivindicativos en la mesa en la que se sirve el cocido.

"No estamos de acuerdo con los recortes, especialmente a las personas que tienen más necesidades y que son a las que les toca", ha reflexionado.

La lluvia ha afectado "muchísimo" a las ventas, según Jorge, que desde hace seis años vende rosquillas en San Isidro y que ha recordado el refrán "En la calle, suelo mojado y cajón vacío".

Tontas, listas... pero en el puesto de Jorge había hasta siete clases de rosquillas, ya que el azúcar que cubre la masa puede ser hasta de fresa; 7 euros una docena y 4 euros por media, "los mismos precios que el año pasado", ha destacado.

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