Una monja crea un juego de mesa sobre la fe que llegará a América

  • Se han editado 5.000 ejemplares en España y se han interesado por él países como México.
  • Su creadora, María Granados, explica que la idea surgió por la necesidad de contar con algo que les ayudase a trasmitir la fe.
La delegada de catequesis de la Diócesis de Cuenca, María Granados.
La delegada de catequesis de la Diócesis de Cuenca, María Granados.
La delegada de catequesis de la Diócesis de Cuenca, María Granados.

El juego de mesa creado por una monja de Cuenca que pone a prueba los conocimientos sobre Jesucristo a lo largo de 67 casillas está triunfando en España, donde se han editado 5.000 ejemplares. Además llegará a América, al haberse interesado por él países como México.

Este juego salió a la venta a finales de marzo y en abril ha tenido numerosas peticiones de toda España, sobre todo como regalo para las próximas comuniones, según han informado fuentes de Edice, la editorial de la Conferencia Episcopal Española que lo ha editado.

Su creadora y diseñadora es la delegada de catequesis de la Diócesis de Cuenca, María Granados, de 35 años y hermana carmelita de la Sagrada Familia de Cuenca. Con él pretende dar a conocer la doctrina de Cristo de forma más lúdica.

Granados explica que el juego, denominado La alegría de la fe, pretende testar los conocimientos sobre Jesucristo con mímica, signos, oraciones o dibujos. Añade que está pensado para adultos y niños a partir de 7 u 8 años, para jugar tanto en familia como en grupos, en la escuela o en el contexto de la catequesis, ya que la dinámica se inspira en el catecismo de la Conferencia Episcopal Española. Cada casilla es de un color diferente, indica el tipo de prueba y, si se supera, se sigue avanzando hasta llegar a la meta.

La monja, natural de Granada, señala que la idea surgió por la necesidad de crear algo que les ayudase a transmitir la fe, aunque ha remarcado que "no sustituye a la catequesis ni a la clase de religión, es sólo un apoyo".

"Al tener colorido, luz y distintas posibilidades, la experiencia es que los niños se lo pasan bien y a la vez aprenden", apunta la religiosa, que admite que el juego recoge las cuatro tareas propias de la catequesis: conocer, celebrar, vivir y orar. "Por una manera u otra estos elementos se van entremezclando y la experiencia está siendo muy positiva", asevera.

En Cuenca, donde reside la monja, el juego se puso a la venta hace unos días en la tienda del Palacio del Obispado y, de momento, están satisfechos con las ventas, según comenta su responsable, que este martes vendió varios en un solo día. Dado que el juego se ha hecho muy popular en la ciudad, ya lo han encargado para ponerlo a disposición de los conquenses en algunas librerías de la capital.

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