Cristina López, una estudiante de telecomunicaciones de 31 años procedente de O Porriño (Vigo), está siendo investigada ante la posibilidad de que esté afectada por radiación por contacto con polonio 210 -según La Voz de Galicia-.
La joven estuvo trabajando durante cinco días en la empresa del magnate ruso Boris Berezovski, y ha reconocido, según su padre, que "se encuentra algo cansada" -en declaraciones rcogidas por RNE".
Empresa de Litvinenko
"Me encuentro en observación puesto que la compañía para la que trabajo, Startide.org, es responsable del sistema de control domótico de las oficinas de Berezovsky en Down Street, donde trabajaba Litvinenko", explica López en declaraciones recogidas por La Voz de Galicia.
No obstante, López ha reconocido que todos los trabajadores que estuvieron en las oficinas entre el 8 y el 14 de noviembre "están siendo sometidos a pruebas por precaución".
En cualquier caso -y siempre según las declaraciones recogidas por el citado diario-, el hecho de que ni Cristina ni sus compañeros tuvieran contacto directo con Litvinenko, hace "posible, aunque por suerte muy improbable, una contaminación", añade.
Tranquilidad
Aunque las autoridades no descartaban la aparición de este tipo de casos, la ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha insistido en que las posibilidades de riesgo de contaminación con polonio 210, es "muy improbable".
"Es necesario que el producto se ingiera o inhale a distancias muy pequeñas, o que se produzca una contaminación por sangre", recordó la ministra.
Espías corruptos
Junto a esta información, hoy se ha sabido también que los servicios secretos británicos han afirmado que Litvinenko pudo ser víctima de un complot urdido por "elementos corruptos" en el estado ruso -según informa el diario The Guardian-.
Mientras descartan cualquier participación oficial por parte del Gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin, los investigadores sospechan que sólo personas con acceso a laboratorios nucleares del Estado podían montar un complot tan sofisticado, añade el diario.
Litvinenko, ex agente del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, antiguo KGB), murió el pasado 23 de noviembre en el University College Hospital de Londres por una alta dosis de una sustancia radiactiva conocida como polonio 210.
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