La actriz y monologuista Eva Hache, que por segundo año consecutivo conduce la gala de los Goya, ha explicado a su llegada a la alfombra roja que si bien tenía los nervios a flor de piel,"todo está controlado". "Mi circulación sanguínea va a una velocidad notable, estamos nerviosos pero todo está controlado", ha explicado.

A raíz del curioso anillo que lucía en su mano derecha, ha respondido: "No son gaviotas, son palomas, pájaros libres. Los actores vivimos siempre en la incertidumbre", añadió.

La presentadora no ha querido adelantar, sin embargo, ningún detalle de la ceremonia y se ha limitado a explicar que no empezará "ni cantando ni bailando", sino "hablando".

Algo más esclareció el día anterior. En una entrevista realizada el sábado, Eva Hache señaló que la fiesta del cine "no puede estar de espaldas" a lo que ocurre en el país: "Será realista, y lo más entretenida posible".

"Estamos viviendo unos tiempos convulsos, dramáticos e incluso trágicos en algún momento, pero los actores solo somos representantes de nosotros mismos; en el guión contemplo cuál es la situación actual, lo contrario sería absurdo", señala la actriz.

En ese sentido, dijo, "no podemos estar de espaldas, de hecho el gremio del cine como todos los demás está sufriendo los recortes y tienen hijos en edad escolar, y tienen que ir al médico, y pagar el IVA... todos estamos en el mismo país, pero de ahí a convertir la gala en una reivindicación social, sinceramente, no creo que tenga lugar".

Además, opinó, "es la única fiesta del cine y tiene que ser, sobre todo, eso, una fiesta, con libertad de expresión, por supuesto, y que cada uno diga lo que le dé la gana, pero vamos, que cuando van a recoger el Balón de Oro hablan solo de fútbol, y también viven en el mundo; nadie le pide a Messi que hable de Convergencia i Unió".

Satisfecha de cómo habían ido los ensayos y con los nervios bien templados, porque tiene la suerte de "saber distanciarse y ser muy objetiva, gracias a unos cursos de relajación que hice unos años", a Eva Hache sólo le preocupaba "que todo salga bien".

El escenario, dijo, es "precioso, superchulo y con una decoración espectacular", con la particularidad además de que, al ser un recinto más grande, "cabe todo el mundo y además se ve muy bien desde todas las butacas".

Entiendía, por otro lado, que si no se esperase una cierta acidez, o ironía para dar el toque de humor a la gala "no me habrían contratado a mí", aunque prometió hacerlo "mejor que el año pasado".

"Yo, por si acaso es la última —bromeó— voy a tratar de pasármelo mejor, que la gente se ría más y que los entreactos de los premios y de los agradecimientos de la gala sean lo más entretenidos posible".

En su línea de humor sarcástico, "desveló" que Concha Velasco recibiría un Goya de Honor por toda su carrera y que habría "intervenciones varias. La gala va a ser entretenida y yo no me voy a ocupar de todo", sostuvo, aunque no comentó cómo iría vestida.

La presentadora de El club de la comedia explicó que improvisa poco; sí propone cambios en la fase de escribir el guión, pero en este caso "hay que tener en cuenta los tiempos televisivos, máxime en una gala que tiende a alargarse, como es natural, por los agradecimientos de cada uno, pero si pasa algo, que no sé si va a pasar, improvisaré", avisa.