Una (patriótica) película sobre una exitosa misión de los servicios de espionaje estadounidenses. Una (implacable) visión de Irán, uno de los grandes enemigos del país. Y, sobre todo, premios y reconocimientos en medio mundo: todo ello no ha bastado para que el autor de Argo, Ben Affleck, sea uno de los finalistas al Oscar en la categoría de mejor director.

¿Por qué? La verdad, es difícil de entender. Argo sí aspira a otras siete estatuillas, entre ellas las de mejor película, mejor guión adaptado o mejor montaje. Sin embargo, Affleck no podrá competir con Steven Spielberg (Lincoln), Ang Lee (La vida de Pi), Benh Zeitlin (Las bestias del sur salvaje),  Michael Haneke (Amor) y David O. Russell (El lado bueno de la vida) por la estatuilla.

No fue suficiente ser reconocido como mejor director del año en los BAFTA, en los Globos de Oro o para los críticos de Chicago. Affleck, que con Argo firmó su tercer largo (los dos anteriores, The Town. Ciudad de ladrones y Adiós pequeña, adiós, también fueron muy alabados), tendrá que conformarse con escuchar desde su butaca quien se lleva el premio soñado por cualquier realizador.

Según pasan las semanas, las posibilidades de Argo en la gran noche del cine parecen crecer. Si al principio Lincoln y La vida de Pi eran las máximas favoritas, los distintos premios que ha ido sumando la película de Affleck hacen que merezca ser tenida en cuenta. Si gana, será la primera vez desde 1990, cuando ganó Paseando a Miss Daisy, que la película del año no tenía a su director (en ese caso, Bruce Beresford) entre los finalistas. También entonces fue una excepción: era la primera vez en los últimos 60 años que pasaba.

Que conste: no es el único. Kathryn Bigelow (por La noche más oscura) o Quentin Tarantino (autor de Django Desencadenado), por ejemplo, están en la misma situación. Pero Affleck parece un tipo de esos que gustan en este tipo de premios: joven y guapo, polifacético (ganó, hace muchos años, el Oscar al mejor guión original por El indomable Will Hunting, que escribió junto a su amigo Matt Damon), Affleck parece tener una más prometedora carrera como director que como actor (aunque en Argo, como actor principal, tampoco está nada mal).