Un acusado de apuñalar a su exmujer confiesa que la mató "por celos" en "un arrebato"

Un acusado de matar a su exmujer de 30 puñaladas en la localidad de Ondara (Alicante) en septiembre de 2009, ha reconocido los hechos y ha declarado en el juicio que la apuñaló "por celos" en un "momento de arrebato" al conocer que ella, de la que estaba ya separado, estaba rehaciendo su vida con otro hombre.
Juicio al acusado de apuñalar 30 veces a su mujer en Ondara (Alicante)
Juicio al acusado de apuñalar 30 veces a su mujer en Ondara (Alicante)
EUROPA PRESS
Juicio al acusado de apuñalar 30 veces a su mujer en Ondara (Alicante)

Un acusado de matar a su exmujer de 30 puñaladas en la localidad de Ondara (Alicante) en septiembre de 2009, ha reconocido los hechos y ha declarado en el juicio que la apuñaló "por celos" en un "momento de arrebato" al conocer que ella, de la que estaba ya separado, estaba rehaciendo su vida con otro hombre.

En la primera vista del juicio con jurado popular que desde este lunes se celebra en la Audiencia Provincial de Alicante, el procesado ha explicado que la pareja estaba separada desde hacía dos años, si bien la mujer, de 34 años, le había acogido en el domicilio familiar porque él se encontraba en el paro y había sido desahuciado de su vivienda.

El acusado ha asegurado que en la actualidad volvían a tener una "relación de pareja", aunque que él tenía sospechas de que ella pudiera mantener una relación sentimental con otro hombre, y ha reconocido que él mismo había tenido en el pasado una "aventura" con otra mujer.

"darle un susto no más"

Los hechos, según el procesado, se produjeron en la madrugada del 5 de septiembre de 2009, después de que esa noche él cenara en un restaurante junto a los tres hijos que la pareja tenía en común, donde se tomó "entre 9 y 14 cervezas y una jarra de sangría".

Al volver al domicilio familiar sobre la una de la madrugada y comprobar que su esposa no había vuelto, la llamó repetidamente por teléfono y salió a buscarla sin éxito a varios pubs de Dénia (Alicante). En su búsqueda, localizó su vehículo estacionado en el aparcamiento de un supermercado de Ondara.

Más avanzada la noche, y ante la imposibilidad de localizarla, volvió al domicilio y la llamó de nuevo por teléfono. En esa ocasión, ella descolgó y no dijo nada, pero él escuchó la "voz de un hombre" que estaba con ella.

"Oír al hombre me llenó de celos, cogí un cuchillo y fui a buscarla, no con el intento de asesinarla, sino para darle un susto no más", ha explicado.

El procesado ha reconocido que acudió al aparcamiento, y allí desinfló las ruedas del coche y la esperó escondido hasta que, alrededor de las cinco de la mañana, ella llegó en taxi y se subió en su vehículo. En ese momento, armado con el cuchillo, la abordó dentro del coche y la increpó por no cogerle el teléfono.

La víctima, según el testimonio del acusado, le pidió que se "largara" y le preguntó qué le importaba a él con quién estaba ella. "Yo perdí el sentido y en un momento de arrebato la apuñalé", ha señalado. Al respecto, sin embargo ha asegurado que no recuerda "ni dónde la apuñaló" y cuánto tiempo duró la agresión.

Acto seguido, según su relato, abandonó el lugar de los hechos, tiró el arma en una papelera camino hacia su coche y se dirigió al cuartel de la Guardia Civil de El Vergel (Alicante), donde confesó que acababa de apuñalar a su mujer y dio detalles de dónde estaba el cuerpo y el cuchillo.

Como el procesado tenía "importantes heridas" en la mano derecha, de la que sangraba de forma "abundante", los agentes que lo atendieron lo condujeron esa misma noche al Hospital de Dénia para que recibiera asistencia médica.

23

Años de prisión por asesinato

La fiscal considera que el acusado tenía sus facultades mentales intelectivas y volitivas "intactas", y entiende que estos hechos son constitutivos de un delito de asesinato con agravante de parentesco y atenuante de confesión.

Por ello, pide una pena de 23 años de prisión para el acusado, así como una indemnización de 100.000 euros para cada uno de sus tres hijos, a los que pide que se le prohíba acercarse o comunicarse durante un periodo de 33 años. Para la madre de la víctima pide una indemnización de 12.000 euros y de 6.000 euros para su hermana.

La defensa por su parte ha pedido al jurado popular que aplique una pena para su cliente ajustada a los hechos, y ha asegurado que el procesado actuó bajo los "efectos del alcohol", llevado por los "celos", por "la ofuscación y la rabia".

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