En plena recesión, con las cifras de consumo a la baja y ante cierre del grifo del crédito, las entidades nacionalizadas se las han ingeniado para colocar prioritariamente sus inmuebles entre los usuarios. Y no sin polémica: asociaciones de consumidores y fuentes conocedoras del sector, como la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis, han constatado que las entidades financieras han otorgado créditos casi exclusivamente si el comprador adquiría un piso de su stock, o que han ofrecido condiciones más ventajosas solo en el caso de vender su propia cartera de viviendas.

Las cajas de propiedad pública, según sus propias explicaciones, han ofrecido todo tipo soluciones; mediante "un seguro contra el paro o la compensación de la eliminación de la deducción por vivienda", en el caso de CatalunyaCaixa, u ofreciendo hasta el 100% de la financiación en el caso de Bankia.

A la vista de las estadísticas oficiales, el hundimiento del sector inmobiliario parece haber tocado a su fin. Tanto que este año, la compraventa de viviendas aumentó un 11,2% en los últimos doce meses, según los últimos datos del INE. En 2012 se llevaron a cabo 57.182 transacciones de inmuebles, de las que más de 25.000 fueron pisos y apartamentos.

Las tres antiguas cajas de ahorros nacionalizadas (Bankia, Novagalicia Banco y Catalunya Banc) multiplicaron en 2012 sus ventas de inmuebles hasta un 35% ante la inminente entrada en funcionamiento del Sareb (el llamado Banco Malo, que comenzó su andadura el pasado 31 de diciembre). La puesta en marcha de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria obligaba a las entidades rescatadas a ceder sus activos tóxicos (la gran parte, ligados al ladrillo) con un descuento sobre el valor en libros (es decir, el estimado por cada entidad, no el de mercado) del 63% de media.

Las ayudas europeas recibidas por este trío de entidades suponían la obligación de reducir al mínimo su exposición al negocio inmobiliario. Para ello pudieron recurrir al Banco Malo (con fuertes descuentos) o a la venta directa. En este contexto, las tres entidades se deshicieron (mediante ventas, alquileres y subrogaciones) de 31.848 inmuebles, lo que supuso unos ingresos de 4.281 millones de euros. Cada propiedad (pisos, chalés, oficinas...) se liquidó así por una media de 134.400 euros, según los datos facilitados por las propias cajas.

Los mayores ingresos por la venta del ladrillo los obtuvo Bankia, la mayor de las tres entidades, que aumentó sus ventas un 23% en solo un año. El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri vendió más de 14.600 inmuebles, con los que consiguió 1.600 millones de euros. Solo en el pasado mes de diciembre, ante la inminente puesta en marcha del Sareb, la entidad resultante de las fusiones de Caja Madrid y Bancaja (entre otras) se deshizo de 4.400 viviendas.

La segunda en este particular ránking, Novagalicia Banco (NCG), vendió entre enero y diciembre de 2012 un total de 9.973 inmuebles con los que ingresó 1.181 millones de euros, un 30% más que en 2011, según datos de la propia entidad. La excaja gallega reconoce también "un fuerte impulso" en el ritmo de venta en el último tramo del año. Así, en noviembre se alcanzó la cifra récord de ventas, con un valor de 150 millones de euros, frente a los apenas 70 millones ingresados en septiembre.

La tercera de la lista, CatalunyaCaixa, incrementó su venta de viviendas un 35% el año pasado, con lo que logró unos ingresos extra de 1.500 millones para reducir su agujero. La entidad, según sus propios datos, comercializó más de 8.683 inmuebles, de los que 7.275 fueron ventas y 1.408 fueron alquileres.