Los votos del PP en el pleno de Cibeles sirvieron este viernes para que Ana Botella sacase adelante los presupuestos municipales para 2013.

Las cuentas para el año que entra vienen con un hachazo de 354 millones de euros (3.499 millones en total, un 9,8% menos) y medidas drásticas, como el Ayuntamiento deja de construir vivienda pública y aparcar la inversión en cooperación al desarrollo, además de dejar la partida de inmigración en una cifra residual.

El IBI sube una media del 6,9%. Los parquímetros, un 2,47% en las áreas señaladas como de bajas emisiones.La tasa de basuras baja, acorde con la reducción del servicio de recogida. La tasa de vados, también, pero por la anulación de parte del anterior sistema de cálculo por parte del Tribunal Supremo. La subida de los precios públicos (piscinas, centros culturales, polideportivos) se consolida. Esto ha hecho, por ejemplo, que las escuelas de música hayan tenido que recurrir a la recaudación de donaciones para poder bajar los precios.

El Ayuntamiento aplica por primera vez el criterio de gastar de acuerdo solo a los ingresos seguros. Según la delegada de Hacienda, Concepción Dancausa, que defendió este viernes las cuentas en el pleno municipal, aseguró que ello hace que el presupuesto se caracterice "contención del gasto y la garantía de la prestación de los servicios".

Izquierda Unida acudió al pleno con toda una batería de propuestas, como la creación de la empresa pública Madrid Verde para gestionar de manera directa el cuidado de Madrid Río, la recogida de residuos, la limpieza viaria y el mantenimiento de las zonas verdes. La coalición también solicitó la creación de una tasa turística por pernoctaciones, la de cajeros automáticos por ocupación de la vía pública o la de espectáculos, especialmente deportivos, que cuestan a las arcas municipales cuando podrían ser costeados por los organizadores. Todas fueron rechazadas.

Desde el PSOE, Noelia Martínez, criticó que los madrileños "pagan más impuestos a cambio de recibir menos servicios" y todo por el pago de una deuda producto del "despilfarro" de los últimos gobiernos municipales. Ahora, el PP ha hecho de la reducción de esa mora su objetivo fundamental. Por ello, las cuentas en 2013 dedicarán 24 de cada 100 euros al pago de la deuda con los bancos.

"Con una reducción del gasto en servicios sociales por debajo de 2008 y recortes del 81% en partidas para el reequilibrio territorial, las cuentas exigen sacrificios a los madrileños por una deuda que nunca quisieron contraer", criticó la edil socialista.

Por parte de UPyD, el portavoz de Hacienda, Mariano Palacios, argumentó que no vale sólo con gastar menos sino que es esencial "hacer cambios profundos" e ir a otro modelo ya que no sirve el anterior a la crisis.

El pleno, que duró unas tres horas, se vio alterado en varias ocasiones por las protestas de los empleados municipales, que entraron en la sala con pitos y pancartas para denunciar los recortes que está acometiendo el Ejecutivo de Ana Botella.