Contentos a medias o sabor agridulce. Así ha sentado a los editores españoles que el Gobierno haya mantenido el IVA superreducido del 4% a los libros de papel, que no experimentarán variación fiscal a partir del próximo lunes.

Los libros en formato electrónico, en cambio, se encuentran en el tipo general que el Ejecutivo de Mariano Rajoy subió ayer del 18% al 21%, un duro golpe para un sector que apenas está comenzando a andar en nuestro país.

"Valoramos que el Gobierno haya sido comprensivo con nuestras peticiones, además el Ministerio ha apoyado y nosotros hemos colaborado. Todo el mundo ha trabajado en la misma dirección", ha manifestado Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).

"Nos parecía fundamental que el Ejecutivo respetara el IVA del libro de papel porque el precio medio del libro es muy pequeño, la recaudación es muy pequeña, hablamos de céntimos, así que ha sido una buena noticia", asegura Ávila.

El IVA digital de los libros —impuesto que se paga en España por descargar un ebook— ha corrido menos suerte pese a las muchas peticiones para que su precio se iguale al del formato papel.

Convencidos de que las descargas son el futuro del sector editorial, Ávila añadió que en la FGEE "llevamos años liderando movimenots para que los contenidos digitales se consideren libros y tributen como tal, pero el problema no está en España sino en Europa, ya que en Bruselas todavía se considera el ebook como una prestación de servicios".

Seguimos defendiendo que el ebook sea libro y no prestación de servicio, además "no hay que modificar ninguna ley, solo entenderlo como tal", añade, "en todo caso la batalla no está en España, donde tanto el Gobierno anterior como el actual nos apoyan en este sentido, sino en Bruselas".

El pasado mes de abril, la Comisión Europea (CE) anunció la apertura de un procedimiento de infracción contra Francia y Luxemburgo por aplicar un tipo de IVA reducido a los libros electrónicos, algo que para Bruselas va en contra de las normas comunitarias.

En un entorno de fiscalidad ideal, lo soñado sería la situación que se vive en Gran Bretaña e Irlanda, únicos países de Europa en los que el IVA no existe para los libros físicos,"esta es la aspiración oficial de la Federacon de editores europeos, de la que formamos parte", continúa Ávila, quien explica que existen varias resoluciones entregadas al Parlamento Europeo (PE) "pidiendo el IVA cero para libros, ebooks, revistas y diarios de información generalistas".

"De no lograr el IVA cero, entonces aspiraríamos al tipo más reducido y luego aplicarlo al contenido del libro electrónico, como al resto de libros", eso sería lo ideal, que el ebook fuera un libro más y se tributara igual.

Hasta que esta situación llegue, la consecuencia de la subida del IVA hasta el 21% para los libros electrónicos hará que baje el consumo, al menos en una primera fase. "Provocará que un mercado que da sus primeros pasos se ralentice desde el principio, y puede aumentar incluso la piratería", según Ávila.

"Aunque actualmente la tendencia es a reducir el precio, pero si el lector tiene que pagar más en impuestos la gente no visualiza el descuento, por tanto cae la demanda y el consumo".

Quizá por eso, la editorial B de Books, el sello digital de Ediciones B,  ya ha anunciado, por su parte, que no subirá los precios de sus ebooks a pesar del aumento del IVA. La editorial asumirá este coste extra en lugar de repercutirlo sobre el lector final, "en coherencia con el compromiso de fomentar el rápido crecimiento que está disfrutando el libro digital en nuestro país, y manteniendo su filosofía de cercanía al lector", informa elPeriodico.com.