Los resultados electorales en Grecia han sido los que más deseaban en Bruselas: una victoria de los conservadores de Nueva Democracia (ND) con Antonis Samaras al frente, proeuropeístas y comprometidos con el rescate de la troika —integrada por la Comisión Europea, el BCE y el FMI—. Sin embargo, no podrán gobernar en solitario y necesitarán pactar al menos con los socialdemócratas del Pasok, que condicionan entrar en el Gobierno si también entran los dos partidos de izquierda más votados: Syriza e Izquierda Democrática (Dimar).

Con las negociaciones todavía en el aire, la prensa europea ha calificado de "alivio" estos resultados, y tanto los líderes europeos —Juncker (Eurogrupo), Barroso (Comisión Europea) y Van Rompuy (Consejo Europeo)— como el propio Samaras traducen los resultados en una victoria de Europa y de que Grecia ha elegido seguir en la eurozona.

La semana pasada, el ministro De Guindos justificaba la tensión en los mercados y la alta prima de riesgo por la incertidumbre que había ante las elecciones de Grecia, que se presentaron como un referéndum sobre su continuidad en el euro, y pedía tranquilidad. No parece que eso se haya cumplido, al menos en la Bolsa y en el mercado de la deuda soberana, donde la prima de riesgo española —la diferencia entre el interés que se pide a los bonos españoles a diez años respecto al bono alemán— ha llegado a superar los 580 puntos básicos, una cifra récord, para quedarse finalmente en 574.

"La situación, si cambia, va a ir despacio", apunta el profesor de análisis económicos de la Universidad Complutense Luis Puch a 20minutos.es. Este experto en macroeconomía no cree que la clave esté tanto en Europa como en España: "Primero tienen que concretarse las condiciones de la ayuda financiera a España, que mejore el sector bancario en España y que dé resultados".

Puch considera que si los resultados de Grecia hubieran sido los menos deseados por la UE —como por ejemplo una victoria contundente de Syriza o que los neonazis de Amanecer Dorado tuvieran una mayor presencia en el Parlamento—, esto habría afectado aún más a la economía española "porque estamos en el ojo del huracán", indica.

En esta línea también se ha expresado Antonio Gallardo, analista financiero de iAhorro: "Grecia era un punto importante, pero no era vital. España tiene un problema de endeudamiento muy grande, sobre todo privado". Puch, por su parte, añade que "el hecho de que no haya pasado lo peor en Grecia nos deja —a España— como estamos".

Según Gallardo, el origen de la incertidumbre en los mercados de deuda está claro. La UE eligió ayudar a España por la vía rápida, esto es, inyectando dinero al FROB —dependiende del Banco de España—. El Estado es entonces quien debe a Bruselas, "sin saber cómo se va a recuperar el endeudamiento, cómo se van a devolver las ayudas y cómo se va a estructurar ese rescate, si eliminarán sucursales, etc.", explica Antonio Gallardo. "La buena solución para España hubiera sido que la UE prestara directamente el dinero a los bancos", añade este experto.

"Nuestro problema es cómo se concreta la ayuda al sector bancario, porque eso tiene consecuencias en la deuda pública y nuestro déficit", insiste Puch, quien aboga por que el Gobierno "dé señales de que la coyuntura económica de España mejora". Todo este círculo vicioso sería el motivo, según los expertos, de que la prima de riesgo española —que en resumen mide la confianza de un país en los mercados— esté tan alta.

El director general del Instituto de Estudios Económicos, Joaquín Trigo, ve muy poco probable con estos resultados electorales que Grecia termine abandonando la eurozona y prevé que Bruselas acabará renegociando los términos del rescate heleno.

Sin embargo, no descarta que la permanencia de Grecia en el euro salpique a la economía y a los ciudadanos españoles: "Teniendo en cuenta que los recursos en Europa no son infinitos, tendrán que pedir más recortes a los otros países. A España le caerán exigencias más duras de las que tenía hasta ahora, las ayudas que pudieran venir para España no serían tan altas y tendríamos que adoptar todas las medidas que nos han pedido".

Entre ellas están las del FMI, que el pasado viernes dijo que había que subir ya el IVA o recortar sueldos públicos, una idea que por ahora no entra en los planes del Ejecutivo. Este mismo sábado, Rajoy se mostró claro de que no aplicará esas peticiones externas, "es un informe más", dijo sobre él en una reunión informal con la prensa.

Para el analista Antonio Gallardo, "anunciar una subida del IVA al comienzo del verano sería contraproducente", ya que afectaría al consumo en una época especialmente turística. Sí cree que el Gobierno llevará a cabo ese aumento, pero "probablemente lo haga una vez entrado el verano y se aplique de cara al otoño", apunta.

En un momento en que los pactos de Gobierno en el país heleno todavía están sin cerrar, el experto Luis Puch ve importante que se concrete cuanto antes un nuevo Ejecutivo que integrara a los conservadores de Nueva Democracia, los socialistas del Pasok y la izquierda de Syriza. En cuanto se forme un Gobierno "y si hay cierta comprensión por parte de las autoridades europeas, sin aflojar demasiado, es posible que la situación se estabilice", vaticina este profesor de análisis económicos de la Universidad Complutense.

¿Qué pasaría si no se llega al entendimiento con Europa? "La amenaza está ahí", indica Puch. "Si no hay comprensión, acabaremos llegando a una situación en la que Grecia saldría del euro, pero espero que no pase", continúa diciendo. "Lo que opinan los griegos en este momento es que o se entienden entre los partidos y a la vez con Bruselas, o más tarde o temprano se ven fuera", señala Puch, que confía en que los países más ricos de la eurozona no dejen caer a Grecia.

Antonio Gallardo ve los resultados electorales como "un alivio para una temporada", pero que la cosa no terminaría con un pacto estable de Gobierno. "El problema de Grecia es que con sus ingresos no pueden cubrir los gastos, y tendrán que hacer más recortes y pedir más ayudas a Europa", asegura. Sí cree que habrá renegociación de las condiciones del rescate después de saber quién ganaba los comicios, "es como si hubiera habido un pacto implícito", sentencia.