Así lo manifestó en Benavente (Zamora), en declaraciones a los periodistas, al referirse al vídeo que el PP ha colgado en su página web y que fue presentado ayer por su presidenta en el País Vasco, María San Gil.

Rajoy indicó que "un partido que ha dicho ayer que si el proceso que ha puesto marcha el Gobierno sale bien es a pesar del PP y si sale mal es por culpa del PP, no tiene ninguna autoridad moral para decirle nada a los militantes del PP del País Vasco".

Se refirió al diario Gara, que hoy, según Rajoy, "defiende al PSOE y ataca al PP por este vídeo" y reflexionó que "cuando un órgano de expresión de Batasuna y ETA te apoya es que algo estás haciendo mal".

Apoyo al Gobierno

Recordó que ha estado apoyando en esta materia al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "hasta que prefirió hacer caso a lo que le dijeran los que hoy le elogian", lo cual consideró "un enorme error".

"No hago más que decir lo que millones de españoles piensan", dijo Rajoy, que rememoró la época en la que fue ministro del Interior y vicepresidente del Gobierno, en la que pactó con el PSOE en esta materia, y agregó que "me gustaría hacerlo en la oposición, pero el PSOE no me deja; no quiere".

Preguntado sobre una posible ruptura de relaciones con el PSOE en el País Vasco, indicó que en esta comunidad "el PSOE trata mejor a Batasuna que a San Gil", lo cual consideró un "disparate" y demuestra que "alguien ha perdido el norte".

Altercado

Cientos de personas recibieron en esta localidad zamorana a Rajoy, a quien le aclamaban con gritos de "presidente" y quien también fue abucheado y pitado por decenas de sindicalistas, que bajo las siglas de UGT, protestaban por la política sanitaria de la Junta de Castilla y León.

También fue abucheado por la plataforma que reclama un hospital en esta localidad zamorana.

Al hilo de esto, Rajoy lamentó que "a cada lugar que voy el PSOE me manda a UGT, o ellos mismos, a organizarme un problema y a plantearme una reivindicación sobre cosas que no son de mi competencia".

Dijo que esto ocurrió en Cataluña y también en Guadalajara, tras lo que pidió a los socialistas un "respeto".