Ser madre con el virus VIH: "Dejé de pensar en que podía morir para dar vida"

  • "Todo el mundo me dijo que no me arriesgara".
  • Los nuevos fármacos ofrecen poder tener hijos sin apenas riesgo de transmisión.
  • "En cuanto dije que estaba enferma, me dijeron: puedes abortar".
  • "No encontré apoyo en ningún sitio".
El lazo rojo, el símbolo de la lucha contra el Sida.
El lazo rojo, el símbolo de la lucha contra el Sida.
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El lazo rojo, el símbolo de la lucha contra el Sida.

Ser madre con VIH significa para muchas mujeres "dejar de pensar en que puedes morir para dar vida", algo que compensa con creces la soledad y la incomprensión que sufrieron en el momento de tomar esta decisión.

Ana, una de estas madres valientes -que no quiere identificarse con su nombre completo-, ha recordado, en una entrevista con la Agencia Efe, cómo a comienzos de la década de los noventa se recomendaba a las mujeres con VIH no tener descendencia.

Actualmente, los nuevos tratamientos antirretrovirales ofrecen la posibilidad de tener hijos sin apenas riesgo de trasmisión y efectos secundarios pero lo cierto es que, como le ocurrió a ella, no es fácil encontrar a alguien que te apoye en esta aventura ante el temor de que la madre y el recién nacido tengan problemas de salud.

"Cuando yo me quedé embarazada, en 2004, hacía diez años que tenía la infección y todo el mundo me dijo que mejor no me arriesgara", ha señalado.

Ha relatado que en su entorno muchos parecían preguntarle: "¿Cómo se te ocurre a ti estando enferma querer ser madre?". Aún así, Ana sabía que la decisión que tomara finalmente sería "algo personal".

En su opinión, "una mujer que vive con VIH se puede sentir juzgada o incluso sentirse mal" y ha puesto, como ejemplo, lo que le ocurrió cuando acudió a hacerse la prueba del embarazo.

"Lo primero que me preguntaron es si el embarazo era deseado y contesté que sí; luego si tenía alguna enfermedad y también contesté que sí, que VIH, e inmediatamente me dijeron: pues puede abortar", ha recordado con tristeza.

Ana se vinculó "estrechamente" a una ONG donde pudo contactar con otras mujeres que ya habían atravesado por esta experiencia, obtuvo información sobre los nuevos fármacos y sus posibles efectos secundarios y sobre cuántos niños nacían con VIH en España.

Supo entonces que la tasa de trasmisión vertical en este país es menor a un 0,4% y que los antirretrovirales para mujeres embarazadas han demostrado "sobradamente su eficacia y seguridad".

Pese a todo, no encontró "apoyo en ningún sitio" y sintió "incluso miedo" de traer un niño al mundo que pudiera estar infectado.

Una vez tomada la decisión, Ana cuenta con orgullo que "todo fue muy bien, perfecto". Durante los nueve meses del embarazo su carga viral fue indetectable y sus defensas se mantuvieron normales, su hijo es negativo y ningún de los dos sufrieron efectos secundarios.

La historia de su vida tiene dos momentos importantes, uno trágico y otro feliz: en el que supo que estaba infectada y pensó que podía morir, y cuando dio a luz y descubrió que no solo vivía ella sino que además era capaz de dar vida.

"Dejar de pensar en morir para pensar en dar vida ha sido el mayor milagro", ha enfatizado Ana, quien ha aprovechado el Día de la Madre para recomendar a aquellas mujeres con VIH que quieran tener descendencia que "no renuncien a este fuerte deseo".

Les ha recomendado, no obstante, que soliciten información a su especialista de Medicina Interna para que sepan cuál es el momento adecuado según su estado de salud, sus defensas y su carga viral.

Ana ha comentado que en estos últimos años se han producido muchos avances médicos pero continúa faltando información, por lo que ha aconsejado a las interesadas que acudan al especialista y que hablen con otras mujeres que hayan estado en igual situación.

Es necesario, en su opinión, encontrar a personas que puedan apoyar emocionalmente a la mujer "porque es un momento de soledad". "Parece que nos tenemos que enfrentar solas al desconocimiento de muchos profesionales sanitarios, desde el médico de cabecera, a la matrona y a quien te hace la ecografía", ha lamentado.

Se ha mostrado muy preocupada además por la decisión del Gobierno de retirar la tarjeta sanitaria a los inmigrantes en situación irregular, uno de los colectivos más afectados por el virus.

"Dejar sin tratamiento a una persona a la que le es necesario para vivir me parece una vulneración de los derechos humanos: es terrible y no se puede permitir que pase esto", ha aseverado.

Otra "asignatura pendiente" en España es la de la investigación, porque existe la necesidad de impulsar estudios en mujeres con VIH tanto en la vertiente social como en la biomédica porque ellas presentan "diferencias" y son "más vulnerables".

Por ello, actualmente participa en el mayor estudio relacionado con la mujer con VIH -el proyecto "Etapas EVhA"-, una iniciativa pionera promovida por Abbott gracias a la cual se desarrollarán, por primera vez en España, estudios que abordarán aspectos diferenciales de las afectadas en la juventud, el embarazo y la menopausia.

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