"Cuando comencé a enseñar tenía entre 40 y 50 alumnos por clase, pero era otra España"

  • Cuatro profesores jubilados o prejubilados que tuvieron clases de 40 alumnos en los años 80 hablan sobre el posible incremento de la ratio en las aulas españolas.
  • "Antes el valor principal de una clase era la disciplina del silencio, la enseñanza no era participativa como ahora".
  • "Hoy existe un alumnado muy diverso que la privada no quiere y que la concertada criba, que dificulta la enseñanza"
  • Mariano Rajoy anuncia un recorte de 3.000 millones de euros en Educación.
Alumnos de Secundaria levantan la mano en clase.
Alumnos de Secundaria levantan la mano en clase.
GTRES
Alumnos de Secundaria levantan la mano en clase.

Dentro de su política de contención de gasto, además del tijeretazo de 3.000 millones de euros en Educación, el Gobierno, en coordinación con las Comunidades, estudia aumentar el número de alumnos por clase a unos 35/40, entre un 10% o un 15%, aunque el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, no ha concretado aún porcentajes de subida ni de fechas de implementación.

Los defensores de esta medida se amparan en que la ratio de 40 alumnos por aula ya existió hace décadas en nuestro sistema educativo, dentro del que estudiaron quienes hoy son mayores de 30 años.

Del otro lado están los profesionales docentes que ejercieron durante aquellos años con aquellos ratios mínimos de 40 alumnos por clase, hoy profesores jubilados o prejubilados.

"Antes primaba la disciplina"

Fernando García, profesor de Primaria en un centro privado de Madrid, tiene casi 60 años y lleva 30 ejerciendo. Ha debido adaptar sus métodos de enseñanza y ha visto cómo su número de alumnos se reducía a la mitad a lo largo de su carrera.

"Cuando comencé tenía entre 40 y 50 alumnos por clase, pero era otra España. Entonces el país sí que estaba en la ruina, el sistema educativo de hoy y el de entonces no tienen nada que ver porque las circunstancias eran distintas. Antes el valor principal de una clase era la disciplina de silencio, la enseñanza no era participativa como es ahora", matiza.

Según García el papel de los padres también ha cambiado: "Antes se basaba también en la disciplina, ahora su participación es negociar y acompañar a los chicos, el de hoy es un sistema educativo mucho más democrático".

Algo similar piensa Anselmo Gómez, de 57 años y profesor de Geografía e Historia en un instituto público de Madrid que comenzó a dar clase a los 24 años en Barcelona. "En el año 1977 mi clase de Primaria tenía 36 alumnos, hoy —en Secundaria— tengo una media de entre 24 y 30 por aula. Antes estaba muy arraigado el concepto de la disciplina, había chavales que  no seguían las explicaciones ni el temario y se quedaban rezagados; no se enteraban de nada pero no distorsionaban el comportamiento de la clase", explica.

"No había atención individualizada"

Gómez, profesor desde hace 33 años, asegura que lo que ha cambiado es el concepto de enseñanza, hoy mucho más individualizada. "Tenemos que dedicarnos a todos: a los que más lo necesitan, a la media y también a los que más destacan", continúa "algo que será imposible si desaparecen los grupos pequeños y las aulas se masifican".

"No se puede entender la Educación como un negocio o como una fábrica de producción industrial como si hiciéramos tornillos, porque aquí no trabajamos con objetos sino con personas y cada persona es distinta", sentencia.

Para María José Palazuelos, profesora de Primaria prejubilada de 60 años, el aumento de la ratio de alumnos por aula es un mazazo a la calidad educativa e impedirá implicarse con los alumnos y sus necesidades de modo individual: "Más alumnos significará menos calidad". Para ella es una mera cuestión matemática: "Si voy a tener que atender a más de 30 niños cuando antes tenía 20, sólo tengo que dividir el tiempo que podré dedicarle a cada uno para saberlo".

Cuando Rosa Martínez, profesora de 62 años jubilada y hasta hace dos años directora del colegio público Fontarrón en Moratalaz (Madrid), comenzó a dar clases tenía 23 años y 40 alumnos de Educación Infantil.

"Tener tantos alumnos suponía más bien cuidar de ellos, así que en lo pedagógico la enseñanza se perdía, con tantos niños la atención individualizada no existía.  Aprendían a leer y escribir y ya está, mucho más básico. Antes cuando los niños tenían un respaldo familiar firme salían adelante, pero los menores con dificultades se quedaban atrás. Ahora pasará lo mismo, los niños privilegiados por su desarrollo cognitivo y su entorno familiar podrán salir, pero los que tengan dificultades se quedarán descolgados e incrementará el fracaso escolar", lamenta.

La antigua maestra habla con cierta nostalgia respecto a los logros conseguidos en Educación. "Se  había dado un gran paso en crear una escuela activa, participativa y experimental; con la masificación de alumnos esto ya se pierde, vamos a volver a la escuela instructiva de antes, donde el maestro se dedicada a impartir conocimientos en lugar de experimentar con grupos pequeños".

"Ahora hay un alumnado más diverso"

Además los profesores coinciden en señalar que en la educación española —en especial la pública— ha habido un cambio determinante en el tipo de alumnado, mucho más heterogéneo y plural en cuanto al origen socioeconómico que hace 30 años.

"La pública tiene un alumnado muy diverso que la privada no quiere y que la concertada criba, nosotros tenemos alumnos de todo tipo y esto dificulta la enseñanza, especialmente en los centros con un elevado porcentaje de alumnado inmigrante, donde por ejemplo el idioma es un problema", explica María José Palazuelos .

Palazuelos comenzó a dar clase a primeros de los setenta cuando tenía sólo 21 años en un colegio privado de la capital. "Entonces tenía 64 alumnos, una burrada,  yo no había visto nunca tal cosa, también es cierto que era un alumnado más homogéneo —entonces no había inmigración extranjera—, hoy ni los niños son iguales ni tenemos la misma población en los centros".

Siendo joven "apechugaba con ello porque no quedaba otro remedio, pero tener tantos alumnos suponía un esfuerzo sobrehumano para el profesor, ahí empezó la lucha de los docentes para bajar la ratio, algo que siempre hemos pedido", continúa.

Rosa Martínez coincide: "Elevar la ratio supone que no atiendes la diversidad en el aula. Antes las clases eran más homogéneas y no se trabajaba en la integración, hoy esa pluralidad en las aulas exige una atención más personalizada. Con el incremento de la ratio todos los colegios que tengan programas de apoyo y refuerzo van a encontrar dificultades serias para hacer su trabajo".

"Al final esto se va a convertir en una guardería de adolescentes" especialmente en los cuatro años de la Secundaria "porque la enseñanza aún es obligatoria y llegan todos los alumnos muy mezclados", denuncia Anselmo Gómez.  Este profesor de instituto también apunta a la zona poblacional de la que procede el alumnado ya que "no es lo mismo si los chicos vienen de entornos más hostiles o tienen problemas sociales".

El número ideal

La actual Ley Orgánica de Educación (LOE) autoriza en España una ratio máxima de 25 alumnos en Primaria y de 31 en Secundaria, aunque las Autonomías disponen de un margen para incrementar estas cifras hasta los 27 y los 33 alumnos respectivamente, si se dieran "circunstancias excepcionales".

Respecto al número ideal de alumnos por clase, como sus compañeros de profesión, María José Palazuelos señala cifras teniendo en cuenta la variable de la edad. "Con 18 niños es más que suficiente en las clases de 3 años, 20 en el resto y como mucho 22 si hay una necesidad".

Según refleja el último informe de la OCDE sobre el Panorama de la Educación en 2011 —con datos de 2009—, en nuestro país la media de alumnos por clase —relación existente entre el total de alumnos escolarizados en cada etapa educativa y las aulas que los acogen— en los centros públicos de Educación Primaria (19,8) es más baja que en la OCDE (21,4) y que en la Unión Europea (20,0). En los centros privados ocurre lo contrario, pues la media en España es de 24,5, frente a 20,5 de media de la OCDE y 19,0 de la UE.

En cuanto a la primera etapa de la Educación Secundaria, la media de los centros públicos españoles (23,5), es igual a la de la OCDE (23,5) y superior a la europea (21,9). En los centros privados, al igual que en Educación Primaria, la media de alumnos por clase en España (25,8) es superior a la de la OCDE (22,8) y a la de la Unión Europea (21,7).

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