Comienza la identificación de los 355 presos fallecidos en el incendio de una cárcel hondureña

  • Algunos supervivientes han denunciado que los carceleros se negaron a abrir las celdas al registrarse el incendio.
  • Esta es la peor tragedia ocurrida en los 24 centros penitenciarios hondureños, que tienen capacidad para unos 8.000 reos pero que albergan a casi 16.000.
  • La policía investiga a un sospechoso de provocar el incendio.
Los forenses suben en un camión algunos de los restos de las aproximadamente 300 víctimas mortales del incendio registrado en una cárcel de Honduras.
Los forenses suben en un camión algunos de los restos de las aproximadamente 300 víctimas mortales del incendio registrado en una cárcel de Honduras.
GUSTAVO AMADOR / EFE
Los forenses suben en un camión algunos de los restos de las aproximadamente 300 víctimas mortales del incendio registrado en una cárcel de Honduras.

Los forenses han empezado en Tegucigalpa la tarea de identificación de las 355 víctimas del incendio de una cárcel del centro de Honduras, cuyas causa aún no han sido esclarecida. Una cifra confirmada por la Fiscalía y que incluye a dos reclusos que fallecieron en hospitales donde eran atendidos por las heridas que sufrieron durante el siniestro.

Todos los cuerpos fueron trasladado en la noche del miércoles a Tegucigalpa en contenedores refrigerados y serán entregados a sus familiares lo más pronto que se pueda, dijo a los periodistas el fiscal general adjunto, Roy Urtecho.

Centenares de familiares de las víctimas, entre hombres, mujeres y niños, se concentran desde anoche en Tegucigalpa entre muestras de dolor para que les entreguen pronto los restos de sus parientes muertos en la noche del martes en la Granja Penal de Comayagua, donde estaban recluidos más de 800 presos.

Junto a los cadáveres, a la capital hondureña han empezado a llegar expertos en medicina forense de Chile y El Salvador para sumarse a las labores de identificación de las víctimas, como parte de la ayuda solicitada por el Gobierno que preside Porfirio Lobo a los países de Centroamérica, Chile y México.

Una treintena de reclusos fueron llevados a este hospital en Tegucigalpa y a otro en Comayagua, para ser atendidos por quemaduras y fracturas, y algunos ya han sido devueltos al penal, ubicado a unos 80 kilómetros de la capital.

Dos hipótesis sobre el incendio

La Secretaría de Salud, por su parte, ha iniciado los trabajos de limpieza de la Granja Penal de Comayagua, cuyas instalaciones se convirtieron en un infierno en la medianoche del martes por un incendio de cuyo origen se manejan dos hipótesis: que se debió a un cortocircuito o a la quema de un colchón por parte de un recluso.

El presidente Porfirio Lobo prometió el miércoles una investigación con "total transparencia" para determinar "qué fue lo que provocó esta lamentable e inaceptable tragedia", y como primera medida suspendió de sus puestos a todos los responsables de prisiones hasta que se esclarezca lo sucedido para "deducir las responsabilidades". Algunos supervivientes han denunciado que los carceleros se negaron a abrir las celdas al registrarse el incendio.

Los recuentos difundidos hasta ahora, sin que aún se hayan dado nombres de víctimas mortales, hablan de al menos 377 supervivientes, entre los que se cree que hay un número aún indeterminado de fugados.

Esta es la peor tragedia ocurrida en los 24 centros penitenciarios hondureños, que tienen capacidad para unos 8.000 reos pero que albergan a casi 16.000, según fuentes de la Policía hondureña y organismos humanitarios locales

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