En lo que respecta a la familia,  consideró que "padece grandes males" como "la plaga del divorcio, la mentalidad antivida, la cultura de la muerte que impide la concepción e incentiva la destrucción antes de nacer y la imposición de legislaciones de nuevas uniones homosexuales consideradas matrimonio".

"Me hieren los oídos cuando hablan de progreso y defienden aspectos que denigran la familia", afirmó el cardenal, quien pidió al Gobierno que no diga que "hace progreso con las uniones homosexuales porque eso no es ningún logro social".

Monseñor Cañizares también consideró que "defender la familia" no es "estar en contra del Gobierno" sino "apostar por el futuro".

En su opinión, todo esto  "conduce a la quiebra de la humanidad y pone en riesgo la estabilidad de la sociedad".

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