El fiscal pide diez años de prisión para el teniente del caso Roquetas

El caso del agricultor Juan Martínez Galdeano, fallecido en el Cuartel de la Guardia Civil de Roquetas del Mar (Almería) el pasado 24 de julio, vuelve a dejar un nuevo capítulo.  El fiscal pide en su escrito de conclusiones provisionales una pena de diez años de prisión para el teniente Rivas por los delitos de atentado grave contra la integridad moral, lesiones y homicidio imprudente.
Cuartel Roquetas donde murió Juan Martínez, en el recuadro (EFE)
Cuartel Roquetas donde murió Juan Martínez, en el recuadro (EFE)
Efe
Cuartel Roquetas donde murió Juan Martínez, en el recuadro (EFE)

Según el escrito, el ministerio público pide ocho años de prisión por los mismos delitos para cada uno de los otros siete guardias civiles supuestamente involucrados en los hechos.

El fiscal ha tenido en cuenta la concurrencia de la circunstancia agravante de abuso de superioridad en los delitos de lesiones y homicidio imprudente.

Además, considera que los acusados, conjunta y solidariamente, y la Administración del Estado, como responsable civil subsidiaria, deben indemnizar a la viuda en la cantidad de 80.000 euros y al hijo del fallecido en 15.000 euros.

Según el escrito del fiscal, los hechos tuvieron lugar sobre las 16.15 horas del 24 de julio de 2005.

Juan Martínez Galdeano, tras su implicación en un accidente de tráfico acaecido en el casco urbano del municipio se dirigió, con la intención de pedir auxilio, a las dependencias de la Guardia Civil, ya que era perseguido por varios individuos ocupantes del otro vehículo involucrado en el accidente.

En el Puesto se encontraban el teniente Rivas y otros siete guardias, entre ellos, un funcionario en prácticas.

Martínez Galdeano permaneció en el interior de las oficinas mientras los guardias intentaban disuadir a sus perseguidores, que se encontraban agolpados en la valla del Cuartel, para que cesaran en su actitud y se trasladaran a las dependencias de la Policía Local, competente en ese tipo de siniestros.

Por su parte, según añade el escrito, Martínez Galdeano también intentó marcharse al ver que esas personas se retiraban, si bien uno de los agentes le ordenó que permaneciera dentro para evitar nuevos enfrentamientos.

Este hizo caso omiso y, tras propinar un empujón al guardia, salió corriendo, siendo perseguido por ese agente y por un compañero.

Le dieron alcance a la altura de los aparcamientos del Cuartel y, aunque Martínez Galdeano oponía siempre una gran resistencia a la actuación de los agentes, lograron retenerlo.

El agricultor llegó a asirse al mástil de la bandera para evitar ser introducido de nuevo en las oficinas.    

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