Blanco, que intervino en la clausura de unas jornadas de política municipal en Fuenlabrada, y afirmó que "la única explicación" que encontraba a la manifestación del sábado era que al PP "le pareció una mala noticia el alto el fuego anunciado por ETA".

En opinión del dirigente socialista, los dirigentes populares "no han podido disimular su deseo de descarrilar el proceso de paz desde antes de que este empezara".

"Cuando España vivía un acontecimiento de mayor dolor, el PP mentía a conciencia al conjunto de los españoles", señaló el secretario de organización socialista quien agregó que los populares "han desarrollado una doble moral que finalmente es doblemente inmoral".

Astarloa arremete contra Zapatero

El secretario ejecutivo de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia del PP, Ignacio Astarloa, pidió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que rectifique su actitud, ya que "no puede seguir siendo sordo y ciego" ante lo que reclama "la inmensa mayoría" de la sociedad española.

Tras acusar al jefe del Gobierno de minusvalorar la convocatoria de la AVT, el dirigente del PP pidió a Zapatero que "deje en paz a las víctimas y, ya que no las escucha, por lo menos que no las ofenda".

Para Astarloa los ciudadanos se preguntan por qué Zapatero no quiere la paz que desea "la inmensa mayoría" de los españoles, autoriza "un diálogo inconcebible con los interlocutores políticos de ETA" y permite que se pase del "escenario de la derrota de ETA al de la negociación".

"Que nadie se salga de la Ley", exigió el diputado popular, quien además alertó del peligro de no cumplir la ley en la lucha contra el terrorismo.

Astarloa pidió también al PNV que "no socave" la confianza de los ciudadanos en la Justicia y advirtió del "enorme error" que supone sentarse a dialogar con un partido ilegal "cuando los jueces ya han dicho que eso está fuera de la Ley".

Manifestación... y nueva guerra de cifras

La concentración contra el diálogo con ETA (y por "la verdad" en el 11-M) convocó este sábado a miles de personas y la vaticinada guerra de cifras volvió a darse.

Para la Comunidad de Madrid acudió un millón de personas, mientras que la Delegación del Gobierno rebajó la cifra a unas 242.923 personas. Una diferencia de unas 750.000 personas según uno y otro cálculo.

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