Las víctimas del terremoto de Indonesia reclaman con impaciencia más ayuda

Los centenares de miles de desplazados por el seísmo indonesio del sábado pasado reclaman con impaciencia mayor rapidez en la distribución de ayuda humanitaria mientras se organizan por su cuenta. Mientras crece el riesgo de enfermedades e infecciones entre la población, un terremoto de 5,6 grados en la escala de Richter se registró hoy en la provincia de Papúa, sin que haya habido víctimas o daños.
Un hombre sostiene a su hijo de un año en el hospital de campaña del campo de refugiados de Bantul, Indonesia. (Foto: Efe)
Un hombre sostiene a su hijo de un año en el hospital de campaña del campo de refugiados de Bantul, Indonesia. (Foto: Efe)
EFE/Mast Irham
Un hombre sostiene a su hijo de un año en el hospital de campaña del campo de refugiados de Bantul, Indonesia. (Foto: Efe)
Más de dos tercios de los 5.625 cadáveres recuperados hasta el momento se han trasladado a Bantul, la localidad más cercana al epicentro del terremoto y la que ha registrado la mayor destrucción, casi de un 80% de toda su infraestructura.
Ayer hubo una réplica y un vecino se lanzó desde el balcón por el miedo. Se ha roto una pierna

Por este motivo, el grueso de la operación humanitaria se concentra allí y la incesante caravana de camiones del Ejército, ambulancias, coches de organizaciones locales e internacionales, motos y bicicletas provoca colas de hasta dos horas de entrada y salida a Bantul.

Ayuda muy escasa

Sin embargo, al dirigirse más al sur, hacia el distrito de Pundong, la ayuda se vuelve muy escasa y son pocos todavía los que han recibido comida y medicinas básicas.

A ambos lados de la carretera de Pundong podían verse hoy decenas de hombres escarbando entre los escombros con las manos, sin ayuda de palas ni ninguna protección como cascos o botas.

"Mucho trauma"

"Ayer, cuando estábamos buscando hubo una réplica y un vecino se lanzó desde el balcón por el miedo y se ha roto la pierna izquierda", dijo Agus Salim, estudiante de 19 años, señalando una de las pocas casas del pueblo de Katan que quedaron en pie.

"Todavía hay mucho trauma, hay gente que siente temblores cuando en realidad no hay y de repente empieza a correr y a gritar", agregó.

Se intentan recuperar materiales como techos de uralita, madera o cañas de bambú y reciclarnos en viviendas comunales provisionales.

A falta de campamentos de desplazados gubernamentales, cada calle o familia va dando forma a pequeños asentamientos con colchones, ropa, platos y utensilios de cocina que sobrevivieron al seísmo.

No hay colegio

Varios kilómetros más adelante, en el pueblo de Gunung Uyuh, unos cuantos niños miran entusiasmados las tareas de búsqueda a la espera de que aparezca algún juguete.

"Sobre todo queremos una pelota de fútbol, ahora podríamos jugar a cualquier hora", dijo Ricky, de siete años, entre las risas y asentimientos de otros diez niños.

El Gobierno ha decretado el cierre de las escuelas hasta el próximo jueves y muchos estudiantes se han lanzado a las carreteras con papeleras, botes o cazos en la mano para pedir dinero o comida, plásticos y medicinas.

Infecciones

"Desde el terremoto ha llovido cada noche, bastantes se han resfriado, algunos incluso tienen fiebre y hemos estado más de una hora buscando medicinas", indicó Salim.

Los hospitales han confirmado que, además de los abundantes casos de traumatología, en las últimas horas han empezado a atender nuevas complicaciones, como gripe, pulmonía, infecciones y diarreas.

Cruz Roja española (CRE) empezó hoy el suministro de agua potable al hospital de campaña montado en Bantul, para reducir el riesgo de enfermedades e infecciones.

"En los hospitales se necesita agua de la más alta calidad, para desinfectar heridas, lavarse las manos, incluso para que beban los pacientes porque sus defensas están muy bajas", declaró a Efe Miguel de Urquía, coordinador de la operación de CRE en Java Central.

En los hospitales se necesita agua de la más alta calidad, para desinfectar heridas

En los próximos días, pondrán en funcionamiento dos nuevas plantas potabilizadoras en otros dos hospitales de la zona.

El responsable de logística del centro, Wisnu Aditia Wardana, agradeció la llegada de la planta potabilizadora y señaló que ahora la principal necesidad es la llegada de más medicinas, además de botiquines para traumatología y contra la gripe y neumonías.

El hospital, uno de los mejor organizados de Bantul, cuenta ahora con 156 pacientes y abundante personal sanitario.

Sonriendo, Wardana anunció convencido que "lo peor (de la emergencia sanitaria) ha pasado ya" y recordó que este hospital de campaña recibió el primer día 1.510 pacientes para los que tan sólo disponían de un médico.  

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