Las mujeres tenemos perfiles de salud completamente diferentes a los de los hombres, porque son inherentes a nuestra biología. "Sabemos que las mujeres sobrevivimos más tiempo, es decir, tenemos una esperanza de vida más larga. Pero este dato no significa que enfermemos menos", explica la doctora Verónica Casado, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
Casado explica todas las razones por las que las mujeres vivimos más, pero con peor calidad de vida, haciendo referencia a que "a pesar de que hay ciertos factores biológicos que nos protegen especialmente frente a la mortalidad, existen otros determinantes psicosociales que hacen que nos podamos sentir más enfermas y más presionadas".
La diferencia entre enfermedad y malestar
La doctora Casado cuenta en el podcast Salud con Perspectiva promovido por Organon que "hay que entender bien todo lo que rodea a la salud de cada persona para ver la realidad. En medicina hay dos cosas: están las enfermedades, pero también están los malestares. El malestar lo expresamos con mucha más frecuencia las mujeres. Y claro, es fundamental averiguar por qué se produce ese malestar".
Las diferencias biológicas, los determinantes de género y el funcionamiento de las estructuras sanitarias influyen en cómo las mujeres enfermamos, cómo expresamos nuestro malestar y cómo somos atendidas. Porque uno de los grandes errores, lo peor que podemos hacer según la experta, es tratar las consecuencias de lo que nos pasa, en vez de las causas.
¿Qué factores psicosociales afectan más a las mujeres?
En lo que se refiere a ese tipo de circunstancias del entorno que nos hacen sentir especialmente presionadas socialmente se encuentra el papel de la cuidadora, que siguen desempeñando fundamentalmente las mujeres. A nadie se le escapa que el trabajo de la cuidadora afecta directamente a su salud, física y emocional.
"Los cuidados sostienen la vida, pero la vida de muchas mujeres no es sostenible. En una sociedad con mayor esperanza de vida, con una población muy envejecida, hay que cuidar a las cuidadoras”, afirma la doctora.
Por otra parte, también es importante hacernos cargo de la realidad biológica y de género en la educación para la salud, así como del tipo de actuaciones que se deben llevar a cabo. En este sentido, Casado pone el ejemplo de que, al recomendar a sus pacientes mujeres que dejen de fumar "debemos entender que, aún sabiendo que el tabaco es perjudicial para la salud, quizá en ese momento ellas no quieran engordar".
Cuando intentamos prevenir el tabaquismo y otras adicciones en los adolescentes hay que entender que "ellos son más sensibles a la presión de su grupo en relación a fumar, a beber o tener relaciones sexuales y, sin embargo, las chicas no tanto. Por eso también si hacemos educación para la salud, es importante hacerlo con perspectiva de género para dar a cada uno lo que necesita”.
Consejos para mantener la salud de las mujeres
Las mujeres tenemos que cuidarnos especialmente, para estar fuertes frente a esa presión social de la que habla la doctora Casado, con el objetivo de mantener la mejor condición física y mental posible para afrontar y remontar esa baja calidad de vida de la que hablamos con respecto a los hombres.
Una alimentación variada y equilibrada; hidratar la piel y no exponerla en exceso al sol; mantener una correcta higiene; priorizar la salud bucodental, puerta de entrada de problemas más graves; cuidar los pies, embrión de muchas afecciones; practicar ejercicio físico de 150 a 300 minutos a la semana; evitar el alcohol, las drogas y el tabaco; y dormir de siete a ocho horas diarias son los consejos más básicos que debemos tomarnos en serio según Casado.
Verónica Casado concluye su intervención con un mensaje para todas las mujeres. "Cuidémonos y, sobre todo, practiquemos la autoestima. Si tú quieres querer a la gente y que te quieran, quiérete primero a ti misma porque va a ser lo mejor que puedas hacer para los demás”.
Además, "mantener una actitud positiva en la vida y encontrar una pasión por la que seguir adelante, hacer eso que nos proporciona felicidad, que nos mueve a levantarnos cada mañana, es fundamental. Yo diría que el punto clave, ese que lo engloba todo, es el sentido del humor, la risa tiene más que demostrados sus beneficios sobre la salud, y hay que trabajarla siempre que se pueda".
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