Las infecciones de orina, con la cistitis a la cabeza, son enfermedades recurrentes que padecen la mayoría de las mujeres, con cifras muy por encima de las de los hombres. En este caso, la razón tiene que ver con nuestra anatomía y con una serie de factores que sólo tienen que ver con nosotras.
La cistitis cursa con una inflamación de la vejiga que sucede cuando las bacterias ingresan en el aparato urinario a través de la uretra. Sus síntomas, en la mayoría de los casos, son profundamente molestos (llegando incluso a provocar sangrado) y necesitan de la prescripción de antibióticos para desaparecer.
En esta ocasión vamos a analizar por qué se trata de un problema de salud focalizado en las mujeres, con la ayuda de dos expertos: el urólogo y miembro de Doctoralia Enver Miguel Moncada, y el doctor Guillermo José Sada Castillo, endocrino y portavoz de Lanier Pharma.
¿Qué es la cistitis y cómo actúa?
"La cistitis es una patología infecciosa con una incidencia especialmente elevada en las mujeres, que produce la inflamación de la vejiga urinaria. Las consecuencias son dolor de moderado a fuerte en la micción, frecuencia miccional, micción imperiosa y, a veces, sangrado en orina (hematuria)", explica el doctor Moncada.
En la mayoría de los casos, lo que causa la cistitis es una bacteria (infección bacteriana) y es entonces cuando la denominamos infección urinaria o de orina. La infección suele producirse cuando las bacterias que se encuentran fuera de nuestro cuerpo entran a las vías urinarias y se multiplican.
"El síntoma más habitual es la necesidad de ir continuamente al baño y tener la sensación de que aún no hemos orinado lo suficiente. Además, también presenta molestias como ardor y escozor en el momento de miccionar y dolor abdominal en la zona baja", añade el doctor Sada.
¿Por qué la cistitis afecta más a las mujeres?
La cistitis es la segunda infección más común entre las españolas. Al menos 1 de 4 mujeres la padecen una o más veces durante el año debido a la invasión de microorganismos en el tracto urinario.
El motivo por el cual las mujeres son las más propensas en sufrir cistitis tiene que ver con su anatomía. "Ellas tienen una uretra más corta y cercana al recto en comparación a los hombres, lo que facilita el riesgo de que las bacterias entren a las vías urinarias, desencadenando la infección", explica el doctor Castillo.
El 30% de pacientes que han padecido una cistitis, suele presentar una recurrencia de la infección. Las infecciones de orina de repetición ocurren cuando hay 3 o más infecciones al año ó 2 o más en los últimos 6 meses. La recurrencia puede deberse a una reinfección o a una recaída.
La reinfección suele estar ocasionada por un microorganismo (bacteria) diferente al del primer episodio. Sin embargo, la recaída (o recidiva) está producida por la misma bacteria que provocó la cistitis inicial.
En estos casos la presencia de bacterias puede persistir durante el tiempo en que pensamos que hemos curado la infección, o reaparecer en las 2 semanas siguientes de haber finalizado el tratamiento.
"Lo más seguro es realizar un cultivo de orina, porque a veces, y en estos casos de recurrencias, puede aparecer otra bacteria. Por ser la cistitis un cuadro común, la inercia nos lleva a tomar un antibiótico conocido sin testificar un cultivo de orina previo. Las tiras reactivas son pruebas orientativas (nitritos y esterasa leucocitaria), pero menos eficaces que el análisis y cultivo de orina", dice el urólogo consultado.
Así se previene esta infección urinaria 'femenina'
En nuestro día a día podemos seguir una serie de pasos muy sencillos que nos ayudarán a mantener una buena higiene y a evitar infecciones. Entre las medidas más recomendadas están la hidratación y la higiene correctas.
"Es importante beber mucha agua, 2 litros como mínimo al día, ya que tomar líquidos favorece la limpieza de las vías urinarias mediante la orina, evitando la proliferación de bacterias que provocan las infecciones urinarias", dice Sada. Y añade: "la ropa interior debe ser transitable (algodón preferiblemente), evitando las prendas ajustadas en exceso".
Por lo que respecta a la higiene íntima, nada de productos perfumados o agresivos, irritantes, que aumentarían el riesgo de la proliferación bacteriana. Como consejo del experto, "es importante ir al baño antes y después de mantener relaciones sexuales puesto que a través de la orina favorecemos la limpieza de las vías urinarias, reduciendo la posibilidad de que las bacterias queden alojados en las proximidades de la uretra".
Enver Miguel Moncada suma a estos consejos el de la ingesta de líquidos suficiente. "Se recomienda mantener una hidratación adecuada, y llevar a cabo una alimentación sana. Se debería tratar el estreñimiento".
Se recomienda orinar con frecuencia, cada 2-3 horas y antes y después de las relaciones sexuales. "No se debe retener la orina. Para evitar alterar la flora vaginal protectora, no se deben usar productos irritantes en el área urogenital como espermicidas o duchas vaginales, jabones íntimos o lavados excesivos de la zona genital".
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