Si bien es cierto que las mujeres tenemos mayor esperanza de vida al nacer, con una diferencia de cuatro años a favor de la mujer en España, a la hora de contraer enfermedades estamos igual, si no más expuestas que los hombres. La OMS ha recogido en un informe internacional cuáles son los padecimientos de la salud que más sufre el género femenino: conocerlas, te dará una guía para cuidar tus hábitos, cambiar los que resulten perjudiciales e involucrarte en aquellos que te hagan vivir más y mejor.
Se considera que la mujer vive su edad adulta entre los 20 y los 59 años. En estas décadas, el cuerpo experimenta su máximo desarrollo y madurez y también se ve expuesto a factores externos que pueden enfermarlo. Relaciones sexuales sin protección o de riesgo, hábitos poco saludables como el tabaco o descuidar cómo nos sentimos emocionalmente, nos lleva a caer en estas cinco enfermedades comunes que podrían evitarse con información y conciencia sobre la salud.
Enfermedades más comunes en mujeres de 20 a 59 años
VIH/SIDA. El primer puesto lo ocupa esta enfermedad, una de las causas principales de mortalidad a nivel mundial. Las mujeres más afectadas son aquellas que viven en países con falta de acceso a la información y los servicios de salud cuentan con pocos recursos. Otro factor clave es la vulnerabilidad económica, así como la desigualdad de poder en las relaciones (sexuales incluidas), ambos exponen a la mujer joven a contraer esta enfermedad, en muchos casos, con desenlace fatal. Pero no son las únicas expuestas a contraerla.
Solo en España hasta el 52% de mujeres en edad de mantener relaciones sexuales declara haberlo hecho sin ningún método de protección, lo que las deja expuesta a posibles contagios.
Parto y complicaciones derivadas de este. El 99% de las defunciones tras dar a luz o en el momento del parto se dan en países en vías de desarrollo, donde los medios para afrontar el nacimiento de un bebé son escasos y el cuidado por la madre prácticamente inexistente. Es en esos mismos territorios donde la planificación familiar o el uso de anticonceptivos es escaso o nulo, por lo que los embarazos se dan con mayor regularidad y sin control, acarreando consecuencias que ponen en riesgo la salud de la madre y el bebé.
Cáncer de mama y del cuello uterino. El tipo de cáncer más frecuente, y también por el que más personas fallecen, es el de mama. La carga de esta enfermedad es aún mayor en aquellos países sin acceso a tratamientos efectivos, viendo su final antes de cumplir los 70 en las mujeres que lo padecen. Por el contrario, en países con recurso el pronóstico ha mejorado en los últimos años y su mortalidad se ha reducido en un 40%. A día de hoy, la detección precoz es la mejor forma de poder tratarlo a tiempo.
El cáncer del cuello uterino es el segundo tipo de cáncer más frecuente en la mujer, y se da en todas partes del mundo. La mayoría de casos se relaciona con infecciones de transmisión sexual por el virus del papiloma humano. El acceso a servicios de prevención, detección y tratamiento, determina el 90% de las muertes.
Depresión. Las mujeres muestran mayor predisposición a sufrir depresión y ansiedad que los hombres por los desequilibrios hormonales presentes en el ciclo de vida. En concreto, "la depresión postparto afecta al 20% de las madres en los países de ingresos bajos y medios-bajos" según la OMS, siendo esta una de las causas más universales del padecimiento.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Las causas que propician esta enfermedad que afecta a la capacidad respiratoria son el consumo del tabaco y la exposición a combustibles sólidos utilizados en la cocina. Unos hábitos saludables sin tabaco ni exposición a espacios con humo, así como cambiar la manera de cocinado, reduciría exponencialmente el padecimiento.
Las enfermedades que más se dan en mujeres mayores de 60
Enfermedades no transmisibles. La OMS engloba en este grupo todas aquellas que no se contagian, sino que se desarrollan por hábitos de la vida o de manera autónoma en el propio organismo. Así pues, las enfermedades cardiovasculares son las responsables del 46% de las muertes de mujeres de edad avanzada en el mundo entero. Por detrás se encuentra el cáncer de pulmón, de mama y de colon, con un 14% de mortalidad, y, por último, una enfermedad compartida con el grupo de población más joven es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que llega a causar un 9% de las defunciones.
Evitar hábitos como el tabaquismo, el sedentarismo, el consumo de alcohol o una mala alimentación podría prevenir la aparición de muchas de estas.
Discapacidad. Según la edad avanza, se produce un deterioro físico y cognitivo del que derivan afecciones como las cataratas, que afectan a la vista, pérdida de audición, artritis o demencia. La problemática de estas es que no en todos los países se permite a la mujer acceder a tratamientos o dispositivos que hagan más llevadero dicho deterioro, aumentando así la vulnerabilidad y la brecha con los hombres.
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