Temperaturas más bajas de lo habitual, exceso de humedad en el ambiente e interiores con calefacción elevada son factores externos que pueden debilitar tu cabello durante el invierno. Es por ello que debes cuidar de él tanto o más que en tus escapadas a la playa con rutinas de hidratación, hábitos conscientes y algún que otro complemento de moda contra el frío para tener esa melena larga y sana que deseas.
El efecto del frío en tu melena
El invierno y el frío paraliza muchos de los procesos naturales de nuestro cuerpo, debilitando así la barrera de protección de la piel, el sistema inmune e incluso el cabello.
El frío ejerce un efecto vasoconstrictor sobre el cuero cabelludo, es decir, que el flujo de los vasos sanguíneos no funciona con total fluidez, lo cual limita los nutrientes que llegan al folículo piloso. Como consecuencia de todo esto, "el cabello se vuelve débil, fino y quebradizo" explica Teresa Climent, licenciada en Farmacia y Manager de Nuggela & Sulé.
Otro de los efectos del frío es una menor sudoración y, por tanto, una ralentización en el trabajo de las glándulas sebáceas, que puede traducirse en un cuero cabelludo más seco y con tendencia a picor, caspa o dermatitis.
Además de todo esto, el contraste entre el frío del exterior y el calor de los espacios interiores debilita la melena y hace que esta pierda el volumen con facilidad.
Cómo proteger tu melena del frío
Limita el uso de agua caliente. Estudios confirman que el abuso del agua caliente inflama la glándula sebácea, provocando una mayor sequedad del cuero cabelludo a la larga. Sabiendo que el frío tiene un efecto similar, será mejor que regules la temperatura cuando laves tu melena para evitar problemas de descamación y caspa en los meses de invierno.
Cuidado con las herramientas de calor. El uso del secador durante el invierno es una práctica inevitable, pero recuerda que abusar de este así como de las planchas puede provocar que la cutícula se abra y que el cabello se vuelva más poroso. Por ello, en caso de que vayas a hacerlo recuerda que sea con una temperatura no muy alta y siempre con algún protector.
Protégete del sol. Por curioso que pueda parecer esta recomendación durante el invierno, lo cierto es que no deberías pasarla por alto y menos aún si en tus planes entra algún viaje a la nieve. "El sol y la nieve son una nefasta combinación, ya que esta crea un efecto espejo que amplifica las radiaciones ultravioleta en un 80%", destaca Teresa Climent, licenciada en Farmacia y Manager de Nuggela & Sulé.
Para ello puedes usar productos contra los rayos UV o accesorios como gorros, gorras o balaclavas que cubrirán tu cabeza y protegerán el cuero cabelludo.
Alíate con complementos contra el frío. Como te adelantábamos, utilizar todos estos accesorios que cubran la cabeza es una gran idea para que tu cabello no sufra las inclemencias del frío. Estos no solo protegerán tu cuero cabelludo del efecto espejo del sol en la nieve, también evitarán la electricidad estática, que se reseque y por supuesto limitará su aspecto encrespado.
Eso sí, ten en cuenta una recomendación de los expertos: "Asegúrate de no usar estos complementos con el cabello húmedo y utiliza productos hidratantes que contengan ácido hialurónico para hidratar la fibra capilar y reducir así el encrespamiento. Las brumas y aceites de acabado también son una excelente opción", recomienda la Teresa.
Mitiga los cambios bruscos de temperatura. El contraste entre las temperaturas frías con humedad en el exterior y el calor de la calefacción en ambientes cerrados desestabilizan la fibra capilar, haciendo que este pierda brillo y volumen, volviéndose mucho más débil.
Si bien no hay nada que puedas hacer para exponerte a estos bruscos cambios, siempre podrás brindar a la melena un extra de hidratación con mascarillas y acondicionadores enriquecidos con aceites naturales como el de oliva o el de argán; principios activos como la keratina que restaura la fibra capilar o con provitamina B5.
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