Rescatan a un perro que estuvo con la cabeza atrapada en una caja durante un año

Bear fue liberado de su "prisión" casi un año después.
Bear fue liberado de su "prisión" casi un año después.
WKRG
Bear fue liberado de su "prisión" casi un año después.

Tener un animal conlleva una gran responsabilidad que, en ocasiones, algunas personas no parecen ser capaces de mantener. Por ello, hay quien abandona a sus mascotas en la calle sin pensar en qué será de ellas. Pero, ante quienes dejan a su suerte a los animales, hay quien no duda en hacer todo lo posible por protegerlas. 

Prueba de ello ha sido el caso de Bear, un perro callejero que ha sido rescatado tras deambular durante casi un año con la cabeza atrapada en una gran caja de plástico. Todo comenzó cuando en enero la cadena del estado de Alabama, EEUU, WKRG se hacía eco de la noticia. Un gran perro se paseaba por las calles con una caja. 

De acuerdo a los testigos, el perro había sido visto hacía unos meses, pero al tratarse de la raza mastín italiano no muchas personas querían acercarse a él. Esta no es una raza peligrosa, aunque sí que es habitualmente usada como perro guardián debido a su fuerza y agilidad. De hecho, estas características fueron las que hicieron tan complicada su captura. 

Así, la cadena, junto a los Servicios de Animales de la ciudad, intentaron hacerse con él para poder liberarlo. "La mejor palabra para definir a ese perro es que es un ninja", aseguró Robert Bryant, director de los servicios. Como así aseguró al medio, intentaron todo tipo de trucos, desde correas a tranquilizantes o trampas, pero nada daba resultado. 

Gracias a los agujeros de la caja, el animal podía comer y beber, aunque eso no significaba que estuviera a gusto. Finalmente consiguieron atrapar al animal gracias a una barricada que dejó sin salidas a Bear. Con la ayuda de Martin Miller, uno de los voluntarios, finalmente el perro pudo quitarse el "casco" casi un año después. 

El problema final fue encontrar una casa para Bear. Debido a su gran tamaño no había ninguna familia que quisiera hacerse con él. O al menos así fue hasta que Miller, quien le había rescatado, decidió adoptarlo. Así, Bear no solo ganó calidad de vida, sino que, además, se convirtió en el embajador de los Servicios de Animales de la ciudad.

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