Los sefardíes, una comunidad judía con profundas raíces históricas, vivieron en España hasta el año de 1492. En ese año, los Reyes Católicos promulgaron un edicto que los expulsó de sus hogares, marcando un episodio trascendental en la historia de España y de los judíos. A pesar de este doloroso destierro, la historia judía es una de las más antiguas, con más de 2.500 años de existencia, en la que se han tejido siglos repletos de tradiciones y costumbres, dejando un legado que sigue reverberando en nuestra sociedad actual.
La trayectoria de los sefardíes no se detuvo con su expulsión. Muchos de ellos hallaron refugio en Portugal, donde encontraron un nuevo hogar y continuaron preservando su rica herencia cultural. Otros, decidieron permanecer en España, pero bajo una condición: la conversión al cristianismo. Estas conversiones, a menudo realizadas en contra de su voluntad, dieron lugar a una nueva realidad para aquellos que optaron por quedarse. A pesar de cambiar de fe en la superficie, muchos continuaron practicando el judaísmo en secreto, manteniendo viva su identidad y creencias a lo largo de los siglos.
Memoria judía en la cultura de España
A partir de este punto, las comunidades judías en Portugal y España empezaron a ser conocidas como sefarditas o sefardíes, un término que refleja su conexión con la antigua región bíblica de Sefarad, que probablemente se refería a la península ibérica. Aunque los sefardíes experimentaron una dispersión forzada, su influencia y contribuciones no se disolvieron. Su riqueza cultural y su influencia se extendieron por todo el mundo, enriqueciendo las comunidades en las que se asentaron.
Hoy en día, el legado de los sefardíes perdura en diversos ámbitos de nuestra vida cotidiana. Su música, su cocina, sus tradiciones y su lenguaje, el ladino, han dejado una huella perdurable en la cultura global. A pesar de los desafíos históricos que enfrentaron, los sefardíes han logrado mantenerse presentes en la sociedad actual, recordándonos la importancia de preservar la diversidad cultural y la memoria histórica.
Lista de apellidos judíos
El 18 de diciembre del año 2012, el Gobierno de España publicaba por primera vez la que era la lista oficial de apellidos de familias de judíos ibéricos, una lista que provocó gran sorpresa, ya que, tras medio millar de años, se volvían a reconocer como judíos. Gracias a esta lista, aquellas personas judías que perteneciesen a una organización comunitaria debidamente reconocida podrían solicitar la ciudadanía española.
No obstante, antes de dejarte con el listado de los apellidos judíos reconocidos por parte del Gobierno de España, conviene recordar que el simple hecho de que el apellido aparezca en la lista, no quiere decir que sea posible acogerse a la nacionalidad española. Solo pueden acogerse a ella los sefardíes que prueben su condición, tengan especial vinculación con España y pertenezcan a una organización comunitaria.
En la lista figuran 5.220 apellidos sefardíes, y a continuación dejamos una selección de los más habituales:
- A: Acevedo, Abraham, Aguiar, Acosta, Alba, Aguilar, Amado, Almeida, Amigo, Aldana, Alcalá, Alegre, Álvarez, Aguiar, Amaya, Alfaro, Amado, Alarcón, Aranda.
- B: Bernal, Baltasar, Bravo, Barrios, Barrios, Bernal, Bueno, Beato, Benítez, Benavente, Bermejo, Barral, Benavente.
- C: Carrasco, Carrillo, Castellanos, Camacho, Calvo, Cabrera, Carvajal, Cantos, Campo.
- D: Domínguez, Dorado, Díez, Díaz, Diego, Delgado, Dorado, Duque, Duarte, Durán.
- E: Enrique, Espejo, Esteban, Enríquez, Esperanza, Espinosa, Escudero.
- F: Figueroa, Flores, Ferrero, Ferrer, Fuentes, Fajardo, Fuertes, Fernández.
- G: Gálvez, García, Garzón, Gil, Gato, Gómez, Gimeno, Giménez, Granado, González, Granado, Gutiérrez.
- H: Hurtado, Henríquez, Huerta, Holgado, Haro, Heredia, Herrera, Hernández.
- I: Israel, Ibáñez, Izquierdo.
- J: Jaén, Jiménez, Jimeno, Jorge, Juárez, Julián.
- L: Lorca, Lázaro, León, Leal, Lima, Leiva, Lorenzo, Larios, Linares, Lobato, Lobo, López, Lara.
- M: Márquez, Madrid, Macías, Manuel, Marchena, Madrigal, Marcos, Marín, Martínez, Machado, Martínez.
- N: Núñez, Nájera, Navas, Nieto, Navarro.
- O: Ochoa, Oliva, Olmos, Ocampo, Olivos, Ortega, Ordóñez, Orellana, Olivares, Ortiz.
- P: Pedraza, Paredes, Pascual, Palma, Pareja, Palomino, Parra, Padilla, Pena, Paz, Pardo, Pacheco, Pérez.
- Q: Quemada, Quirós.
- R: Ramos, Real, Reina, Ribera, Ricardo, Rivero, Robles, Roca, Rivas, Rivas, Rey, Rodríguez, Ramírez, Ruiz.
- S: Salas, Salazar, Salgado, Salcedo, Salinas, Salvador, Serrano, Serra, Sancho, Sierra, Silva, Sánchez.
- T: Toledo, Torres, Talavera, Torre, Trigo.
- U: Urrutia, Úbeda, Uría.
- V: Vargas, Valle, Vara, Vázquez, Vega, Valero, Velázquez, Varela, Vera, Vergara, Villanueva, Vidal.
- Z: Zúñiga, Zalazar, Zaragoza.
Gracias al listado de apellidos judíos, cada persona puede encontrar sus herencias sefardíes, una recopilación que ha sido obtenida a través de diferentes fuentes. Es necesario, no obstante, recalcar que el hecho de tener un apellido sefardita no quiere decir que se tenga sangre judía, ya que muchos de estos apellidos fueron adoptados por judíos conversos que se quedaron en España. Las conversiones forzadas y los estatutos de limpieza de sangre en su época obligaron a que muchos judíos cambiasen su nombre y apellidos para ocultar sus orígenes.
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