Compartir hogar conlleva un sinfín de cuestiones afines como la convivencia, la distribución del espacio o la limpieza y, a veces, puede ser tedioso llegar a un acuerdo común entre todas las partes. Así le ha sucedido a dos hermanas que se fueron a vivir juntas y, como ninguna quería deshacerse de sus muebles, acordaron un pacto. 

Una usuaria, de nombre Pili, ha compartido en Twitter la sorprendente situación a la que han llegado sus dos tías para convivir bajo el mismo techo. La anécdota se ha viralizado en la red social y acumula ya más de dos millones de visitas. 

"Mis tías se fueron a vivir juntas",  han sido las primeras palabras que ha escrito la usuaria en un tuit, en el que, además, ha detallado que "ninguna se quiso deshacer de su comedor". Pili ha adjuntado una fotografía del salón donde viven las dos hermanas y en el que se puede ver dos comedores, uno enfrente del otro. 

En otro tuit, la joven ha aclarado que cada comedor se emplea para una situación específica. "Uno lo usan para el almuerzo y otro para la once       -en Latinoamérica sería lo que en España es la merienda-", ha explicado. Además, Pili ha dejado claro que no es la única "particularidad" de la casa de sus tías. "Tres gatos se juntaron, dos refrigeradores y el living está armado a puros popurrís de sillones", ha expresado. 

La divertida historia, que se ha hecho viral en internet, ha generado diversas opiniones de usuarios en Twitter, quienes han dejado entrever que ambas hermanas "tienen apego por las cosas materiales". Otros han querido buscar una solución al problema y han expresado que, al ser muebles bastante parecidos, que jugasen al piedra, papel o tijeras "para quedarse con las sillas de una y la mesa de otra" o que "cuando discuten cada quien come en su mesa".