Conchita, Maximiliana y cómo conseguir trabajo de 'community manager' a los 82 años

Conchita y Maximiliana, de la empresa Maximiliana.
Conchita y Maximiliana, de la empresa Maximiliana.
MAXIMILIANA
Conchita y Maximiliana, de la empresa Maximiliana.

"Mi abuela, que tiene 91 años y es una persona de pueblo que nunca ha tenido un móvil, si no puede, o no quiere, o no le apetece hacer ese esfuerzo, o no tiene energía, tendrá que tener una herramienta para que pueda disfrutar de las ventajas de la tecnología sin tener que pasar por ahí", reflexionaba Jorge Terreu, "CEO y nieto" de Maximiliana.

Esa combinación de títulos, CEO y nieto, es poco frecuente y tiene una explicación. Hace unos años, con 22 primaveras, Jorge se marchó a Francia con su beca erasmus, lo que le alejó de su querida abuela Maximiliana, que se quedó en la Zaragoza natal de ambos. "Hablar con mi abuela y mantener la relación a través del teléfono era un caos por lo típico de las personas mayores de que no acertaba a darle al botón o lo dejaba descolgado, o no lo cargaba. Teníamos problemas para mantener la relación estrecha que teníamos antes", explica Terreu.

Siendo estudiante de Ingeniería informática decidió coger un móvil y modificar su programación por completo, de forma que éste fuera autónomo y que su abuela no tuviera que hacer nada, ni siquiera descolgar.

Se lo regalé y lo fue utilizando y a los meses dejamos de utilizar completamente el otro móvil que tenía ella. Estaba encantada porque encima yo le podía enseñar por videollamada las cosas. Y ahí fue cuando dije 'oye, vamos a plantearlo como proyecto, porque si esto le viene bien a mi abuela, pues a mucha gente le puede ir muy bien'". Como ella fue la que lo inspiró, pues de allí se quedó el nombre de la empresa, Maximiliana.

Apenas dos años después, esta empresa que regentan Jorge y su socio y amigo Pedro Malo -son quintos- tiene ya ocho trabajadores, mil móviles funcionando para otros tantos usuarios. Por esos aparatos pasan cada día más de 200 horas de llamadas y videollamadas.

Entre las características de este móvil (un Xiaomi reconvertido con un sistema operativo nuevo y distinto al Android estándar) está que el familiar puede configurarlo para que se descuelgue solo, que se descuelgue simplemente con darle a aceptar o que se descuelgue únicamente para algunos contactos y no para los demás.

"El móvil Maximiliana solo tiene una pantalla, no tiene ajustes, no tiene varias páginas, no tiene el concepto de aplicación, que es que es muy complejo para la gente mayor", explica Terreu. Para encenderlo solo hay que tocar la pantalla, agitándolo se puede llamar a emergencias, los contactos frecuentes aparecen en la pantalla y el familiar puede desde su propio teléfono controlar la batería del móvil del usuario, o geolocalizarle si es preciso. Todo con la mayor sencillez posible.

"Se hacen intentos por digitalizar a las personas mayores y me parece fenomenal, pero veo que muchos intentos de estos están más dirigidos a un segmento de edad de entorno a los 65 o 75 años, pero que hay un grupo de edad que tienen más de 80 años, por ejemplo o que igual son un poco más jóvenes, pero están más deterioradas y tratar de que se digitalicen y a mí me parece un poco injusto".

De izda a dcha, Pedro Malo, Conchita Polo, Maximiliana y Jorge Terreu.
De izda a dcha, Pedro Malo, Conchita Polo, Maximiliana y Jorge Terreu.
MAXIMILIANA

Pero si por algo destaca Maximiliana es porque tiene una Community Manager, la persona que se encarga de las redes sociales de la empresa, de casi 82 años. Es Conchita Polo, "de Zaragoza, nacida en Zaragoza y viviendo toda la vida en Zaragoza", abuela de Pedro, el socio de la empresa.

La propia Conchita, que tiene "un encanto muy especial" según sus jefes de Maximiliana, explica cómo llegó a ese cargo. "Cuando empezaron [Jorge y Pedro] estaban mano a mano y estaban agobiados. Estaban metidos en las redes sociales, pero en un plan funcional, para explicar el dispositivo y poco más, lo que era un poco soso, como son las cosas de las empresas. Un día estaban comiendo con nosotros y mi nieto dijo 'estoy agobiado, abuela de verdad que nos gustaría meternos en las redes sociales, pero no nos da la vida'. Y aquí la abuela le dijo 'haré lo que sea, aunque no sepa, tú me lo explicas y yo lo haré' y me metieron en las redes sociales".

Del dicho al hecho… "Por Dios, cuando me dijeron que me hacían Community Manager yo ni sabía pronunciarlo, me lo tuvieron que apuntar", dice divertida Conchita. "Yo explicaré lo que toque y haré a Maximiliana la mar de divertida para que tenga gancho, se venda y el mundo entero disfrute. Ese es mi plan", hace ver la Community Manager veterana.

Y eso hace. Cada día a Conchita la graban "para saludar o para decir una frase o dar un consejo, o hacer un guiso…". Y es que la estrella de las redes sociales de Maximiliana, que por el momento tiene 1711 seguidores tiene mucho que contar y compartir, porque lo tiene todo apuntado. Todo.

Y es que Conchita lleva desde niña llenando libretas con todo lo que le llama la atención. "Si por ejemplo, alguien me daba una mala contestación, pues yo lo analizaba a ver por qué me había dicho eso, esto ya desde cría. O cuando veía frases bonitas de alguien que elevaban la moral, yo me las apuntaba, y eso lo he hecho desde cría y tengo libretas y libretas con frases muy profundas de personas importantes. Tendré, pues cerca de 2.000", hace ver la Community Manager.

"A mi nieto le dí una libreta llena de frases y le dije 'hijo mío, cuando estés pocho coge una libreta, siéntate y léete un par de frases, no más y analízalas y reflexiona'. Y oye, no le va mal del todo. La vida es pensar, reflexionar, no herir a nadie y ayudar en lo que se pueda", postula la abuela, cuya principal afición es leer, por el día, en papel y por la noche, para no despertar con la luz a su marido, en digital.

La ocupación de Conchita levanta admiración en su entorno de personas mayores. "Se quedan asombrados, me dicen, 'oye, ¿dónde te puedo seguir?' Y como me han dado unos enlaces, yo le digo, 'te mando los enlaces, pica ahí y me verás', y eso es lo que lo que hago. Cuando voy por la calle, pues alguna amiga me dice 'te he visto, te he visto', y me da ilusión, porque de pequeñas cosas se mantiene la vida, de pequeñas ilusiones", afirma la abuela.

Conchita y Maximiliana son mucho más que las abuelas de los socios de la empresa. Son además las beta tester o probadoras de novedades, de la compañía. "En la empresa y todos nuestros abuelos, tanto los de Pedro, los míos, como los de otros, tienen Maximiliana y tenemos ahí una pequeña red que cuando sacamos algo lo ponemos y lo prueban y suelen ser bastante críticos", hace ver Terreru.

"En general, las personas mayores son bastante honestas y transparentes. De hecho, lo vemos incluso con los clientes, que si algo les encanta lo dicen y son los primeros que nos han pedido folletos para para llevar a la peluquería o para ir dejándolos por ahí. Y si algo no les gusta también lo dicen", hace ver el CEO.

Esta es una historia humana, de empresa y familia. "Yo diría que tanto Pedro como yo ya teníamos antes una relación estrecha con nuestras abuelas, más estrecha incluso de lo normal, de ir a verlas con frecuencia y de comer con ellas y así. Pero fruto de todo esto, pues muchas veces estamos con ellas si hay que hacer unas fotos para el móvil, si hay que hacer unas pruebas y todo eso es tiempo extra que aún hace que tengamos una relación mucho más estrecha todavía", expresa Jorge.

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