El Tamagotchi ha vuelto a salir de su huevo: el nuevo 'boom' del dispositivo que revolucionó a los niños de los años 90

Uno de los últimos modelos de Tamagotchi.
Uno de los últimos modelos de Tamagotchi.
JOSE GONZÁLEZ / GEMA CEACERO
Uno de los últimos modelos de Tamagotchi.

"Suena, suena, suena mucho, están todo el día pendientes, les ha cambiado la vida la responsabilidad de tener una mascota virtual", dice Carmen, madre de las pequeñas Blanca (9 años) y Laura (de 10 años), que como millones de personas en todo el mundo, tienen un Tamagotchi. Este pequeño dispositivo de huevo es un juguete que en su reducida pantalla muestra un pequeño ser al que hay que proveer de cuidados tales como darle de comer, bañarle, jugar con él… si no se hace con suficiente empeño y puntualidad, el muñequito se muere y vuelta a empezar.

El Tamagotchi, ese pequeño invento para distraerse que vivió su auge en los 90, está de vuelta. No en vano está en el top del mercado juguetero con sus dispositivos electrónicos y ha sido el juguete estrella de estas navidades. Sin ir más lejos, figura entre los más vendidos en Juguetes y Juegos en la plataforma Amazon.

Cuando se lanzó por primera vez, Tamagotchi (de Bandai) se convirtió en un fenómeno social. Se vendieron más de 40 millones de unidades en todo el mundo durante los dos primeros años y medio. En 1997, el Tamagotchi empezó a expandirse y a comercializarse por toda Europa, incluida España. El término Tamagotchi es una combinación de las palabras japonesas: tamago y wo’chi que traducidas al español significan huevo y reloj.

Este pequeño huevo y su mascota virtual es uno de esos casos en los que la nostalgia mantiene vivo un juguete, que tiene después varios renaceres. Y es que después que aquel gran boom, prácticamente cayó en el olvido, a pesar de que nunca dejó de fabricarse y de que existen cerca de 60 versiones distintas que se han vendido desde su creación y hasta 2022, incluidas algunas temáticas como la de Star Wars, Toy Story o la de Jurassic World.

Un Tamagotchi original de 1997.
Un Tamagotchi original de 1997.
BANDAI

En 2004, Tamagotchi reapareció y lo hizo incorporando las novedades tecnológicas de la época. Los modelos Connection estaban equipados con infrarrojos para la conexión inalámbrica y podías hacerte amigo del Tamagotchi de otras personas, incluso casarlos y tener hijos. Más tarde, esta función de infrarrojos se hizo compatible con los teléfonos móviles.

Algo parecido pasó en el 2021, 25 años después de su primera comercialización en nuestro país, cuando su fabricante, Bandai celebró el 25º aniversario de la mascota virtual lanzando un modelo llamado Pix, que utiliza botones táctiles, cámara selfie y pantalla 100% a color, pasando a ser el juguete electrónico número uno en ventas de ese año.

No todo el mundo vio el potencial de este pequeño juguete. Akihiro Yokoi y Aki Maita fueron sus creadores y en 1997 recibieron el Premio Ig Nobel de Economía, un galardón que reconoce a los peores inventos de cada año, siendo los premios que parodian a los Nobel. Se les concedió este anti premio al “padre y la madre” del Tamagotchi "por convertir millones de horas de trabajo en tiempo perdido en cuidar mascotas virtuales".

Sea como fuere el Tamagotchi se convirtió en una referencia cultural a nivel planetario y ha aparecido en videjuegos, canciones, dibujos animados y películas, como el filme japonés estrenado en 2007 llamado Eiga de Tôjô! Tamagotchi Doki Doki! Uchû no Maigotchi!?, que versaba sobre el fenómeno que causó este artilugio, que hoy en día se vende por entre 20 y 60 euros aproximadamente, según la versión y modelo.

El Tamagotchi no es exclusivo para los niños, ni mucho menos. De hecho el modelo más popular entre los fans adultos es la pequeña serie Tamagotchi Nano, con la versión "mini" del Tamagotchi que incluye la antigua pantalla en blanco y negro, así como la clásica cadena para colgarlo a modo de llavero.

Mimitchi, ayer y hoy. En el dispositivo original había apenas un puñado de personajes, que han ido transformándose. A la vez, han surgido personajes nuevos hasta haber varias decenas diferentes.
Mimitchi, ayer y hoy. En el dispositivo original había apenas un puñado de personajes, que han ido transformándose. A la vez, han surgido personajes nuevos hasta haber varias decenas diferentes.
BANDAI

La vida con un Tamagotchi

Volvamos con Blanca y Laura y su madre, Carmen, que nos cuenta que lloraron amargamente la primera vez que se les murió. "¿Cómo hemos podido dejar morir a nuestras mascotas por no darles de merendar?", se preguntaban. "Se les pasó el disgusto después de merendar ellas", cuenta la progenitora. Nada que un sándwich de jamón y queso arregle. "Han descubierto que Pepi y Juli (los nombres de sus Tamagotchis) reviven y se han olvidado un poco del ruido infernal", dice Carmen en referencia a los pitidos que emite el Tamagotchi, la forma en la que la mascota virtual reclama sus cuidados.

Alba, de seis años, lo conoció gracias a la película Red (de Disney, en la que la protagonista tiene un Tamagotchi). Además, a una niña de su clase se lo había visto, así que decidió pedírselo para estos últimos Reyes Magos. "Esto pita todo el rato", destaca Marta, su sacrificada madre. Paula, de ocho años, se disgustó mucho cuando su personaje evolucionó por primera vez, cambiando de un lindo bebé a un muñeco más "feo". Ella y su madre, María, pasaron largas jornadas abriendo huevitos esperando encontrar de nuevo a aquel primer muñequito.

Melisa es periodista y vivió el pelotazo original. "Uno de mis primeros curros fue entrevistar a los que lo trajeron en su lanzamiento y me regalaron un puñado de ellos", rememora. "La idea me molaba, pero por falta de tiempo lo abandoné rápido", hace ver. Algo similar pasó a su alrededor. "Los regalé en mi entorno y mi impresión es que la gente lo cogía con muchas ganas, pero antes o después lo acababan abandonando a su suerte y todas las mascotas morían antes o después", expone.

Belén Martínez tiene ahora 54 años y el Tamagotchi llegó a su vida cuando tenía 27 años, cuando alguien se lo regaló. Belén pasó sus años de universidad junto a su mascota virtual. "No me requería muchas horas aunque lo llevaba en todo momento. Lo miraba de vez en cuando, a ver si ‘necesitaba’ comer, bañarse... En momentos de no tener nada que hacer y estar aburrida lo ponía en modo juego o algo así... era como tener una mascota, poder jugar con ella en cualquier momento. Sí, se me moría, pero la verdad es que me solía durar bastante, le cuidaba bien", cuenta la aficionada.

"Era motivo de bromas entre mis amigas de la facultad. Yo era de las mayores del grupo, no era muy normal que alguien de veintitantos tuviese un jueguecito (ahora con los móviles parece más normal) Pero también algunas me lo cogían sin que me diese cuenta, le daban pastelitos para 'malcriarlo'", dice divertida Belén, que tiempo después, dejó de jugar con él. “Las últimas veces que por más que le 'cuidaba' siempre me salía feote y tal vez eso influyese”, explica. "Hace unas semanas me acordé de él y fui a buscarlo al cajón donde sabía que lo guardaba y pensé en ponerle pilas a ver si seguía funcionando… tal vez lo haga", afirma. El Tamagotchi ha vuelto para todos.

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