El extraño juicio en el que el testimonio de un fantasma condenó a su asesino

La mujer asesinada.
La mujer asesinada.
emily_fri / TWITTER
La mujer asesinada.

En ocasiones suceden casos tan inexplicables que son difíciles de creer, pero son totalmente reales. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en 1897, cuando un asesino fue condenado a prisión tras ser juzgado con el testimonio del fantasma de su propia víctima.

Edward Stribbling Trout Shue asesinó a su esposa Zona, quien fue encontrada en la mañana del 23 de enero de 1987 por un chico. Su cuerpo estaba totalmente desplomado en el inicio de unas escaleras. El joven llamó a las autoridades, pero antes de que llegasen, el asesino se llevó a la víctima para comenzar su plan de despiste.

Edward dejó a su esposa en la cama, vestida con una bata de cuello alto para tapar las marcas. Cuando el forense llegó, el asesino se puso histérico, por lo que el médico dejó su actividad a medias, sin poder ver nada del cuerpo. Atribuyó la muerte a causas naturales.

En el velatorio, donde se expuso el cuerpo en un ataúd abierto, Edward hizo lo mismo. Cubrió su cuello con un pañuelo y tuvo otro brote de histeria, haciendo que los asistentes no se acercasen a Zona.

Una vez que ya estaba enterrada, nadie sospechaba nada, excepto su madre, quien siempre tuvo un mal presentimiento sobre el marido de su hija. Y eso se confirmó con la aparición de su fantasma.

Zona se le apareció a su madre para explicarle los abusos que sufrió por parte de Edward, así como la causa de su muerte. Se produjo durante una discusión, cuando él la estranguló rompiéndole el cuello "en la primera articulación".

La madre reabrió el caso con todo lo que el fantasma de su hija le contó. El equipo de investigación exhumó su cuerpo y descubrió que todo lo que decía era cierto, cambiando la causa oficial de la muerte a anoxia por estrangulamiento manual.

Edward fue llamado a juicio por coincidencias con el caso de otra esposa que murió en las mismas condiciones. Mary, la madre de Zona, testificó en su contra con el relato del fantasma: "Me dijo que le habían arrancado el cuello en la primera articulación y fue tal cual".

Finalmente, el jurado declaró culpable a Edward y lo condenó por asesinato, dando lugar a un extraño caso en el que el testimonio de un fantasma ha provocado el encarcelamiento de una persona.

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