El joven Payton Dow trabajó durante siete años como dependiente. Pero no lo hizo en una tienda de ropa o de comida, lo hizo en una tienda de artículos sexuales, o lo que es lo mismo, en un sex shop. 

Siete años dan para mucho y aunque su trabajo en el día a día era aconsejar y vender juguetes eróticos, a veces entraban clientes con peticiones, fetiches o parafilias poco comunes. 

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Ahora, Payton Dow ha decidido contar en su cuenta de TikTok algunas de aquellas peticiones y situaciones extrañas. 

"Le dije a una mujer que no podía entrar con su bebé dentro de la tienda, pero resultó ser su novio en un cochecito", explicaba en uno de los vídeos, que alcanzan varios millones de visitas cada vez que habla del tema. 

Entre otras cosas raras que presenció, una vez vio cómo un hombre le pidió matrimonio a su novia comprándole el vibrador más caro de la tienda.

Un hombre acudió al sex shop y pidió una muñeca inflable embarazada y el empleado respondió que no tenían. El cliente optó por preguntarle "si su madre estaba embarazada".

En otra ocasión una cliente le pidió que "la esposara al baño y le diera de comer pepitas de chocolate de colorines de las que se usan para decorar en pastelería.