Encuentran una cápsula del tiempo de 1887 debajo de una estatua

Con mucho cuidado, varios expertos en preservación histórica abren esta caja de plomo. Se trata de una cápsula del tiempo, un recipiente enterrado en 1887 bajo el pedestal de la estatua del general confederado Robert Lee, en Richmond, Virginia (EE UU). En su interior alguien dejó entonces un almanaque de 1875, otros dos libros ya muy desgastados, un sobre de tela y una moneda.
Con mucho cuidado, varios expertos en preservación histórica abren esta caja de plomo. Se trata de una cápsula del tiempo, un recipiente enterrado en 1887 bajo el pedestal de la estatua del general confederado Robert Lee, en Richmond, Virginia (EE UU). En su interior alguien dejó entonces un almanaque de 1875, otros dos libros ya muy desgastados, un sobre de tela y una moneda.
Con mucho cuidado, varios expertos en preservación histórica abren esta caja de plomo. Se trata de una cápsula del tiempo, un recipiente enterrado en 1887 bajo el pedestal de la estatua del general confederado Robert Lee, en Richmond, Virginia (EE UU). En su interior alguien dejó entonces un almanaque de 1875, otros dos libros ya muy desgastados, un sobre de tela y una moneda.
La cápsula del tiempo de 1887.
ATLAS

En Richmond (Estados Unidos) se tomó la decisión de retirar la estatua del general confederado Robert E. Lee que recordaba el pasado esclavista de la ciudad. Bajo ella, encontraron una sorpresa, una cápsula del tiempo que llevaba allí desde 1887.

Los especialistas trataron con mucho cuidado esta caja de plomo y, de hecho, les llevó varias horas abrirla. Finalmente, descubrieron el contenido de la misma, que estaba completamente mojado y bastante deteriorado.

Dentro se encontraba un almanaque de 1875, un sobre de tela, una moneda y dos libros muy desgastados, siendo uno de ellos The Huguenot Lovers de Collinson Pierrepont Edwards Burgwyn. Los historiadores esperaban encontrar más de 60 artículos donados por residentes de Richmond y relacionados con la Confederación.

El curioso hallazgo se encontraba en el pedestal de la estatua del general Lee, a unos seis metros sobre el nivel del suelo. La escultura decidió ser retirada tras numerosas protestas raciales que criticaban que aún hubiera homenajes hacia personajes clave del pasado esclavista y racista de Estados Unidos.

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