Baljenac es una pequeña isla de la costa de Croacia, situada en el Mar Adriático, que cada vez ha ido cogiendo más y más popularidad entre los amantes de los viajes por su curioso parecido con una huella dactilar.
Las imágenes aéreas de este territorio muestran una enorme red de muros laberínticos que en total constituyen 23 kilómetros de recorrido en una isla que solo tiene de superficie 0,14 metros cuadrados.
Estas paredes están formadas de piedra seca y han sido construidas con fines agrónomos. Están diseñados para facilitar la agricultura en un terreno rocoso y proteger el cultivo de plantas de los fuertes vientos.
This tiny island off the coast of Croatia that looks like a fingerprint, caused by the island being covered by a web of dry stone walls pic.twitter.com/NJoXj5j5d6
— sobore (@sobore) March 11, 2017
Se cree que fueron levantados durante el siglo XIX y los habitantes de la cercana isla de Kaprije los han usado para separar sus cultivos y ofrecerles cierta protección.
Esta técnica es habitual en otros países europeos del norte con climas frío como Inglaterra o Irlanda, pero sin duda ninguno sigue el patrón de una huella dactilar. Por eso, el gobierno de Croacia ha propuesto a la UNESCO que se incluya a la isla en la lista de territorios patrimonio de la humanidad.
Desde que Baljenac se hiciera popular en redes sociales por su impresionante paisaje, cientos de turistas han viajado a conocer la isla y las autoridades aseguran que esto ha deteriorado las condiciones de los muros por culpa de visitantes irrespetuosos. Por eso, el certificado de la UNESCO también servirá para asegurar su preservación.
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