La bonita historia de amistad que comenzó con un loco cartel: "Desaparecida una bicicleta invisible"

Archivo - Un hombre coge una bicicleta de bicimad aparcada en una calle de la capital
Archivo - Un hombre coge una bicicleta.
Marta Fernández Jara - Europa Press - Archivo
Archivo - Un hombre coge una bicicleta de bicimad aparcada en una calle de la capital

Las redes sociales son un espacio perfecto para que la gente comparta los momentos de su vida más especiales. Y, aunque la mayoría parecen postureo, un usuario de Twitter ha conseguido reblandecer el corazón de sus seguidores con una historia absurda, pero muy real. 

Iago Prada, un joven gallego, se ha hecho viral al recordar la iniciativa que comenzó hace una década. Imprimió 100 carteles con la frase "desaparecida bicicleta invisible" y los colgó por las calles de A Coruña con un email creado para la ocasión y el aviso de que habría recompensa. 

Un mensaje que podría haber pasado desapercibido, pero que captó la atención de otros coruñeses, que respondieron al correo aportando importante información acerca del vehículo perdido. 

El tuitero ha mostrado algunas de las mejores respuestas. Desde fotografías con calles vacías, candados en farolas sin bicis hasta ciclistas montados en la nada. Para su sorpresa, una de las respuestas llamó su atención por encima de las demás. 

Se trataba de un largo texto de un correo también inventado llamado "La ladrona de bicis" en el que una persona anónima asumía la culpa de la desaparición de la bici y aseguraba que se dedicaba a robar objetos invisibles para personas ricas e influyentes del mundo. 

"He visto tu mensaje y mi corazón de mafiosa se ha derretido", explicaba el largo correo donde le contaba que estaba dispuesta a no vender la bicicleta en el mercado negro si le contaba cuál era la recompensa, aunque el dinero no tenía valor. 

Una absurda respuesta a una iniciativa absurda que terminó por convertirse en una buena amistad. Tras un par de años de corresponderse por email cada pocos meses, un amigo en común escuchó la historia y los conectó. 

Quedaron un día para poder por fin intercambiar la bici invisible con la recompensa y desde entonces son amigos. "A día de hoy, se ha convertido en una de mis mejores y más combativas amigas. Y todo por la idiotez de que un idiota pegara un cartel y la idiotez de contestarle al idiota original", ha contado Prada. 

"Así que a hacer idioteces, que la amistad entre idiotas es la mejor", ha añadido el joven con un bonito alegato: "Hay que darle a las amistades bonitas la visibilidad que mi bici no tiene".

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