La hija de Jodie Lou, Skye, fue a pasar el fin de semana con sus abuelos. Uno de esos días le envían a su madre un vídeo del nuevo juguete que había comprado y le puso los pelos de punta. De hecho, no quería que lo llevara a casa: "Intenté cerrar la puerta cuando lo trajo".
La pequeña de seis años había ido de compras porque según dijo, no tenían decoración de Halloween en su casa, aunque su madre aclaró que no era así. De todos los juguetes que podía haber escogido se decantó por uno de los más terroríficos.
Se trata de un bebé esqueleto con las cuencas de los ojos rojos que monta en un balancín en forma de caballo y que se mece mientras canta una terrorífica canción.
Al final Skye convenció a su madre y el muñeco se encuentra sobre la chimenea. La razón por la que quería tener ese espeluznante juguete era para mantener a raya a sus hermanos, Leslie, de nueve años, y Roo, de tres. "Quiero evitar que Roo entre en mi habitación", explicó.
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